TURISMO

Cáseda, su puente y San Zoilo

Patxi Pérez nos lleva hasta Cáseda en una nueva edición de "Conociendo Navarra"

Fermín Astráin

Pamplona - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

De la mano de Patxi Pérez, hoy nos vamos hasta la Merindad de Sangüesa, a Caseda, visitaremos la Ermita de San Zoilo y recorreremos el pueblo.

Para empezar, vamos a conocer el pasado de la localidad.

Su término estuvo inscrito durante la Edad Media en el valle de Aibar. El rey Alfonso I el Batallador otorgó a sus pobladores los fueros de Daroca y Soria (1129). La villa configuró en el siglo XII una “tenencia” de la frontera con Aragón y estuvo a cargo de importantes magnates como Jimeno de Aibar (1157) y García de Almoravid (1237).

En 1413, Carlos III El Noble reconoció la hidalguía a todos los habitantes de la villa.

En 1468 Juan II, en atención a los servicios prestados en las guerras civiles, la hizo buena villa con asiento en las Cortes del reino, acogida al fuero de Daroca, la dotó de alcalde propio anual, le concedió el mercado semanal de los miércoles, y declaró a sus vecinos libres y francos.

En época medieval hubo un castillo dominando la villa, que formaba parte del sistema defensivo navarro frente a posibles ataques aragoneses.

¿Tenemos algunos restos del castillo? ¿Cuál es el edificio más importante de la localidad?

Todavía se pueden encontrar restos de muralla y un torreón en uno de los flancos de la plaza principal.

El edificio más destacado del pueblo es la Iglesia de Santa María. Edificio gótico tardío (siglo XVI) realizado en piedra en el lugar de otro más antiguo; tiene planta de cruz latina, con nave de dos tramos, crucero, transepto y cabecera poligonal, cubriéndose con bóveda de crucería estrellada con claves.

Para acceder a su interior hay dos entradas, una en los pies con portadas gótica-renacentista, y otra en el lado de la epístola con portada de estilo renacimiento en forma de arco triunfal, ornada con figuras en relieve tanto en el tímpano -en donde se representa a la Virgen con el Niño entronizada, acompañada por San Juan Evangelista y Santiago el mayor, más una pareja de ángeles músicos y otra que le colocan la corona de reina-, como en el friso con cabezas de angelitos y en las enjutas con los bustos de los apóstoles Pedro y Pablo.

En su interior destaca el retablo mayor, obra romanista debida al escultor Juan de Anchieta quien lo llevó a cabo entre los años 1576 y 1581 en madera de nogal, siendo tasado en 4.200 ducados.

Además de la iglesia tenemos la plaza principal del pueblo que se llama Plaza de Oriente es un rectángulo irregular que se corresponde al antiguo complejo defensivo. Se aprecia el lienzo de muralla medieval con torreón.

El edificio de la Cárcel, que comunica esa plaza principal o de Oriente con la del Mercado, tiene en su fachada principal el escudo de la villa y en su parte inferior consta de tres arcadas de sillar más otro arco que sirve de pasadizo entre las plazas.

Se dice que el puente de Caseda es uno de los más largos de Navarra.

De los existentes en Navarra de época medieval, es el mayor después del de Tudela.

Su longitud es de 200 metros y la anchura entre parámetros de piedra es de 4,20 metros. Consta de nueve arcos circulares de longitudes comprendidas entre 16 y 17 metros. Llevan tajamares a ambos lados.

Ha sufrido varias reconstrucciones debidas a la demolición del puente por las crecidas del río.

Y por último, tenemos que hablar de la Ermita de San Zoilo, uno de los emblemas de la localidad.

De estilo gótico, se remonta a mediados del siglo XIV a iniciativa del obispo de Pamplona, Arnalt de Barbazán.

En la portada destaca un gallo con las armas de los reyes de Navarra, de la dinastía de los Evreux que reinaban en la época.

La tipología de la iglesia es la usual de la arquitectura gótica navarra del siglo XIV, similar a la de Santa María de Olite o la de San Martín de Unx, estribando su originalidad en la cubierta ondulada de la nave, cubriendo las bóvedas con lajas de piedra.

La ermita era punto de comunicación entre los valles pirenaicos y las tierras de la Ribera para viajeros y pastores que llegaban por las cañadas reales de Salazar y Roncal hacia los pastos bardeneros, «pues tenía habitación para el ermitaño y pegada una venta muy cómoda».

Fue muy importante como lugar de peregrinación. Se encuentra equidistante entre los monasterios de Leire y de la Oliva. Asimismo, se encuentra en las inmediaciones del Camino de Santiago en la ruta que de Jaca llegaba a la vecina Sangüesa hacia Puente la Reina.

La ermita está dedicada a San Zoilo de Córdoba, mártir del siglo IV bajo la persecución de Diocleciano, cuya noticia llega a Navarra por los cristianos que más tarde huían del califato árabe de Córdoba, acogidos por el Obispo Wilesindo o Gulesindo, séptimo obispo de Pamplona (848-876), quien se cree que pudo fundar la ermita originaria.