FOLCLORE

La jota, una de las máximas expresiones del folclore navarro

Alberto Magán Ciérvide habla de la jota, de norte a sur y de este a oeste, un referente en Navarra

Fermín Astráin

Publicado el - Actualizado

10 min lectura

Aquí estamos, un jueves más de folclore, ya con la ropa blanca fuera de los armarios y con la faja y el pañuelico rojo preparados, porque la fiesta de San Fermín, ya está a la vuelta de la esquina y con motivo de su día, no solo se vivirán en Pamplona 9 días de fiestas, sino que serán unos días cargados de tradición, música y folclore que luego veremos y recordaremos.

Pero primero, vamos a habla, quizá, del género musical más conocido, arraigado y popular de navarra que además abarca tanto el canto como la danza y como todos sabrán ya estamos hablando de la jota.

Acabamos de escuchar la jota “canto y danza de la tierra, la jota navarra es…” en la voz de la jotera tafallesa Blanca Zubiri, conocida como “La brava” y esta jota bien resume que la jota se canta y baila en Navarra de norte a sur y de este a oeste.

Historia de la jota

La jota es música, canto y baile existentes en casi toda Navarra, pero de origen e historia discutidos. Una copla popularizada sostiene que “la jota nació en Valencia y se crió en Aragón y en Navarra se le dio, sentimiento y corazón".

En el folclore también tienen cabida las leyendas, como hemos visto a lo largo de este año, por lo que no hacemos eco también, de la leyenda que nos cuenta que la jota se llama jota, porque la inventó “Aben Jot”, cuando de Valencia vino, desterrado de Aragón. La jota nació morisca y después se hizo cristiana y cristiana ha de morir nuestra jotica navarra.

Y es que la leyenda le atribuye su origen y su nombre a un moro llamado “Aben Jot” que llegó a Calatayud en su destierro valenciano y desde allí, comenzaría su andadura hasta nuestros días.

Desde luego, la jota no es árabe ni por música, ni por versificación. Como escribió Iribarren, “a la jota le ocurre como a muchos castillos y puentes de España, que no tienen más de dos o tres siglos de existencia y la gente asegura que son obra de moros”. El mismo nombre de jota no aparece hasta finales del siglo XVII. Las primeras muestras musicales son del último tercio del XVIII. Por ejemplo, es curioso como Cervantes, que llega a citar diecinueve danzas en el Quijote, no la menciona ni siquiera cuando lleva a Don Quijote y a Sancho Panza a la ínsula Barataria, que no quedaba lejos de Zaragoza. Tampoco Gaspar Sanz, músico aragonés, no la incluye en su Instrucción de música sobre la guitarra española ya en 1674, un manual cuajado de ritmos de baile.

La teoría más común, puede ser la que dice que la jota, hoy presente en todo el folklore peninsular, incluido el andaluz, llegó a Navarra traída por los voluntarios combatientes en Zaragoza a las órdenes de Palafox en la guerra de la independencia.

La jota cuajó pronto como expresión popular en Navarra y sería a lo largo del siglo XIX, cuando la jota se hace esencia con Navarra, con la Ribera especialmente, y en ella encuentra refugio y también expresión lírica el pueblo. Y ya entrado el siglo XX, ocurre un curioso fenómeno: Navarra asimila la jota, la convierte en algo propio, infunde su alma en ella y consigue una nota diferente de las jotas de otras provincias. Y aunque todas tienen parentesco entre sí y siempre serán hermanas, se diferencian bien de unas a otras tanto en música, como letra, forma o baile.

Bueno, pues acabamos de escuchar una joya, un tesoro. Acabamos de escuchar a los “Pajes de Tafalla”. Una grabación histórica puesto que son las primeras grabaciones de jotas que se conocen. Los pajes fueron el quinteto musical de Navarra más famoso de finales del Siglo XIX y principios del XX. Es por ello que los convierte en referencia indiscutible de nuestro folclore y cultura popular. Podemos escucharlos gracias al músico tafallés Íñigo Aguerri que en 2013 impulsó y realizó un gran trabajo conjunto, recogido en un libro la historia de “los pajes” con partituras, jotas, anécdotas y lo más emocionante, digitalizó en CD los discos de piedra que guardaban las jotas originales de éstos, que luego se reeditarían en una grabación actual con músicos tafalleses.

Podemos decir, que la jota que hoy en día conocemos, parte de aquí. Hoy escuchamos las jotas acompañadas de rondallas formadas por instrumentos de cuerda como guitarra, bandurrias, laúdes, instrumentos que tenemos que fomentar y animar a la juventud que aprenda a tocarlos para que no se pierdan. Mi abuela siempre decía que antes en cualquier casa había una bandurria o una guitarra. También son acompañadas las jotas por acordeón, incluso escuchamos introducciones de gaita u otros instrumentos. Los pajes las cantaban acompañadas por quinteto metal e incluso Juanito Navarro y las Hermanas Flamarique llegaron a grabar discos de jotas con orquesta. Y como las cosas en la vida, la moda va cambiando y los estilos musicales también, porque a veces, hay que reinventarse para llegar a nuevos públicos. Así, pudimos escuchar también a Amaia, la pamplonesa que participó en Operación Triunfo, cómo también puso su sello especial a la jota, haciéndonos más internacionales si cabe.

Como dicen los versos de la jota de la Zarzuela “La bruja” ambientada en Roncal, la jota cambia de estilo y es alegre o triste, según está quién la canta, pero a lo largo de la historia, vemos cómo las temáticas de las jotas más comunes han sido las mismas.

Encontramos jotas que cantan la expresión de amor hacia una persona amada o a quien se quiere conquistar o simplemente echarle un piropo, como por ejemplo, Y serás mi molinera, por qué eres moza navarra, quisiera volverme hiedra, he de plantar una parra, Y labrador fue mi abuelo, de segar de los Monegros, la jota de la cardelina, una rosa del Moncayo, por la sal que andando tienes, no se crían solo flores o te vas a lavar la cara…

Todo esto bien se cantaba en las jotas de ronda cuando se rondaba las ventanas de las chicas o chicos que se querían conquistar, aquí me acuerdo de la jota “es buena para rondar”, También jotas a la virgen, como es morenica y galana, a la Virgen del Puy, con rocío mañanero a la Virgen del Romero o lanzo al aire una plegaria... También jotas de trabajo para hacer más llevaderas las labores del campo en tiempos de siega o vendimia como la jota de la vendimiadora, que cuando vuelven del campo vienen cantando, al campo tan de mañana.

Jotas que dedican sentimientos patrios hacia la tierra, como bien escuchamos en tantas jotas dedicadas ensalzara Navarra: Navarra es un continente, siento el calor de mi patria, un navarrico en la escuela, navarra tiene cadenas…

Jotas a las madres: más que a nada en este mundo a una madre hay que querer o las grandezas de una madre que también recuerda a los padres. Jotas a los patrones de los pueblos en la que se lleva la palma San Fermín. También las jotas de picadillo, que aquí no entro de tono más jocoso, que aquí no quiero entrar…, jotas reivindicativas, e incluso de desamor como anda y pínchame una vena, de melancolía como a la tierra en que he nacido, quisiera volver quisiera. Jotas que recuerdan momentos históricos, como una noche lagunera, tengo un hermano en el tercio, o la jota del Gurugú.

Existen jotas de despedida como adiós puente de Tudela, que es una palabra triste o me dijo que no llorara mi madre cuando moría.

Y tenemos incluso jotas que ensalzan al propio canto de la jota, como la que navarra se canta, al que es navarro de pronto le hace despertar, dicen que dijo el juglar, con las cuerdas bien templadas y muchas más.

Aquí solo hemos citado algunos títulos, pero podríamos estar horas recopilando el gran acervo popular de jotas que tenemos.

Muchos son los autores tanto de sus músicas como de sus letras y hay que decir que a día de hoy se siguen creando jota nuevas, cosa que es buena señal, aunque en mi opinión, hay que cuidar bien el estilo y la calidad, que a veces por crear jotas como churros, esto se descuida un poco.

Las jotas se cantan como solista, en dúos, en grupo o a modo pregunta respuesta, esto es que entre dos personas, se van alternando los versos.

Antes había mucha costumbre en las familias de cantar mucho y de esa manera, los niños iban aprendiendo la destreza y se continuaba. Hoy en día esto se está perdiendo un poco y en algunos lugares se mantiene la jota gracias a las escuelas de jotas que tan buena labor hacen y desde aquí les quiero dar las gracias y animarles a seguir en su trabajo. Son muchas las entidades que trabajan por la jota y en especial quiero mencionar a la Asociación Navarjota, que tanto ha trabajado para conseguir que la jota navarra, fuera declarada en 2019 por el Gobierno foral como Bien de Interés Cultural Inmaterial de Navarra. Pero también ha trabaja arduamente por la candidatura para conseguir la declaración de la jota a nivel nacional, como patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, porque ya hemos dicho que en casi todas las comunidades de España tienen sus jotas,

Tenemos también sotas líricas, de carácter más operístico y que pueden aparecer en Zarzuelas o simplemente han sido creadas para concierto. Como Sor Navarra, la jota de la bruja…

Hay que recordar las jotas que tocaba con su violín Pablo Saraste que como podemos leer en la prensa de la época a quién muchas veces lo llamaban “el mago del violín”, cuando tocaba se producía “un delirum tremes” y es que sus jotas, son totalmente virtuosas y emocionantes.

También hay una copla dentro de la canción “en el reloj de la plaza” que dice que al jota dieron fama un roncalés y un ribero, Julián Gayarre el primero y el otro Raimundo Lanas, pues le echaron tanto salero que la hicieron inmortal.

Y aquí quisiera imaginar cómo cantaría las jotas Gayarre, el ruiseñor del Roncal, del que tristemente no conservamos ninguna grabación a diferencia del otro ruiseñor navarro, Raiumndo Lanas del que sí conservamos grabaciones en las que disfrutar de su estilo tan propio y que es uno de los más famosos joteros de Navarra.

Otros joteros de renombre y aquí me echó un mano Elena Leache, quien con su hermana Ana Mari a la Guitarra son incansables llevando la jota a todos los rincones son Josefa Sanz Batista, Pepita sanz, Faico y Josefina, Julián Arana, Juanito Navarro, las Hermanas Flamarique, los Hermanos Anoz, Molviedro de fuenes. Demetrio Chueca, Manuel de Pamplona, el Les de Arguedas, paquieta santos, Maribel muñoz y no nos olivemos de los grandes embajadores del folcore navarro por todo el mundo como Los iruñaki. y otros muchos.

Pero incluso músicos como Joaquín Larregla, Pablo Sarasate, Manuel Turrillas, Joaquín MAdruga o Menéndez, compusieron jotas para violín, banda, coros u orquesta, etc.

También hay que nombrar esas agrupacions que tanto han trabajado por la jota como Alma Navarra, los hermanos Anoz, voces navarras, gracia navarra. (con sus versiones de «No te vayas de Navarra», «Pamplona, perla del norte» o «himno de Osasuna»),También Navarra Canta o Montaña y Ribera, entre otros muchos grupos. Que aquí seguro que Víctor puede contar más que yo.

Y bueno, con este breve resumen sobre nuestra jota, canto de sentimiento donde los haya, hago un llamamiento a que no se dejen de cantar e inunden nuestras calles y fiestas, con su característica alegría, que cuando escuchamos una buena jota, el que no se emociona, al menos sonríe.

Con la jota a San Fermin de Joaquín Madurga, invito a todos nuestros oyentes a acudir a cuantos actos folclóricos se celebran estos San Fermines, especialmente el 6 de julio por la tarde en la plaza de los fueros a la muestra de las danzas de navarra. Que es un espectáculo emocionante y precioso.

Temas relacionados