El PSOE cava un cortafuegos con Koldo García, pero “sólo era un asesor más”

El escándalo agita a los socialistas que limitan a Koldo García el alcance de la trama del cobro de comisiones por la compra de mascarillas. Ya nadie parece conocer al "asesor"

Ricardo Rodríguez

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La preocupación se extiende, de manera ostensible, en el PSOE, así como la indignación. “Te cabreas como un mono”, traslada un ministro del círculo de confianza de Pedro Sánchez también ante la incertidumbre sobre el alcance que pueda adquirir la trama del presunto cobro de comisiones por la compra de mascarillas durante la pandemia. Por eso, el Gobierno se afana en multiplicar las consignas de “tolerancia cero” frente a cualquier caso de corrupción, además de persistir en los llamados a dejar trabajar a la Justicia.

El núcleo duro socialista trata de cavar un cortafuegos y reducir todo a un escándalo encabezado por Koldo García, “un asesor como hay 100.000”, sostienen al más alto nivel, como si nunca hubiera gozado de la confianza de José Luis Ábalos y antes de Santos Cerdán. El mismo secretario de Organización limita su relación a que “vivía en Navarra y colaboró con nosotros en Navarra”. Pero el salto de Koldo tuvo su origen en las primarias con las que Pedro Sánchez regresó a la Secretaría General del PSOE. Al lado de Cerdán, García custodió los avales.

Todo eso ha salido de nuevo a relucir calentando las cabezas socialistas. En este actual trance, la cúpula cree innecesario pedir explicaciones del ex ministro de Fomento. “Ya está hablando por sí mismo”, enfatizan. Tampoco se plantean reclamarle el acta de diputado. “¿Cómo va a dejar el escaño por la existencia de un investigado de su entorno?”, se preguntan retóricamente al más alto nivel. Ferraz se viene centrando en exhibir mano dura contra Koldo García, puesto en libertad con medidas cautelares por el juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno. “Koldo no es militante. Que la Justicia actúe y si es culpable”, lanzaron con celeridad tras su detención, “¡que lo pague!”.

En cualquier caso, las derivadas del escándalo salpican a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que, en los pasillos de la Cámara Baja, rehuía literalmente de la prensa este jueves ante las preguntas sobre la gestión de la compra de mascarillas en su etapa al frente de las Islas Baleares. En aprietos también se ve el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, ante las mordidas bajo su Ejecutivo en las Islas Canarias. Él apela a que, “junto a la supuesta ilegalidad”, su prioridad fue “salvar vidas”.

Ante el impacto, caen en la tentación de disparar contra Isabel Díaz Ayuso, como ya hizo este miércoles Pedro Sánchez. “Más vale que el PP de Madrid aseveran en privado – pida perdón por lo suyo”. Lo suyo es en realidad el archivado caso mascarillas en el que se vio envuelto el hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid y al final quedó en nada.