Así responden al desafío del coronavirus las parroquias de un valle minero asturiano

En el asturiano Valle del Turón, la Iglesia también se reinventa ante el coronavirus

Así responden al desafío del coronavirus las parroquias de un valle minero asturiano

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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También las parroquias rurales, normalmente envejecidas y con recursos escasos, están respondiendo al desafío de la emergencia sanitaria. Nos situamos en el asturiano Valle de Turón, cuyo párroco, Enrique Álvarez, explica que las manos de la Iglesia son estos días las manos del Resucitado, para los que están hoy crucificados. La actividad litúrgica se comparte a través del perfil de Facebook de la parroquia, desde la que se realiza una ronda telefónica diaria para atender a todas las personas que están solas en la zona: algunos mayores necesitan que les suban una bombona de butano, o que se les lleve la compra.

También se les ayuda a ir al hospital de referencia cuando tienen una consulta o una prueba médica inaplazable, como sucede con algunos enfermos oncológicos. Si hace falta, el párroco también les ayuda con algunas gestiones bancarias. La cocina de este sacerdote se ha convertido en un pequeño servicio de catering para que las personas que están enfermas, que están solas o no tienen fuerzas para cocinar puedan comer caliente.

Junto con los colaboradores de Cáritas se encarga de ver si hay situaciones de pobreza energética, interviniendo para que no haya cortes, y si hace falta, se pagan algunos recibos. Desde que comenzó la crisis la parroquia acompaña a unas treinta familias con problemáticas de muy diverso tipo. Aparte de esto Enrique Álvarez cuenta que hay quienes acuden a él desesperados, porque necesitan hablar con alguien y buscar un consuelo:“estos días estoy viendo lo importante que es el ministerio de la consolación, no solo dar de comer”.

Por todo el movimiento de solidaridad y de acompañamiento que está viendo, Enrique está convencido de que algo cambiará para mejor: “se están ablandando los corazones, dice, Dios va entrando por los afectos, y se vale también de eso para llegar a la gente”.