Las escuelas católicas se reinventan en tiempos del coronavirus

El secretario general de Escuelas Católicas responde a las preguntas sobre este curso académico

Redacción Religión

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La situación que plantea el coronavirus es difícil para todos. Los alumnos españoles y sus familias se preguntan qué va a pasar con el curso en esta situación, y además su final se acerca próximamente. Por eso las Escuelas Católicas quieren ser claros y además dar un sentido a todo lo que está ocurriendo.

Esta situación se afronta "por parte de los centros y de los profesores con entusiasmo, responsabilidad e interés.", explica el secretario general José María Elvira. "Los alumnos por lo general también. Están viviendo una situación muy particular y más con la edad que tienen. Es una manera nueva de hacer el trabajo en la que todos estamos aprendiendo, para resolver también los problemas que se plantean. Como por ejemplo la falta de medios en las casas, de instrumentos..."

Pero también existe "incertidumbre por parte de los centros y las familias". ¿Qué va a ocurrir con el curso actual? "En la reunión del ministerio se llegaron a ciertos acuerdos y cada Comunidad Autónoma lo aplica de una manera o de otra. Estamos esperando una orden ministerial que establezca cómo va a terminar este curso, porque ninguno de los acuerdos se ha traducido en una norma. Nuestra opinión es que nos parece bien que se prolongue el curso hasta el mes de junio, que el mes de julio no es bueno para actividades lectivas -hay que descansar-, y que haya flexibilidad. Pero no un aprobado general que no es ni justo ni motivador".

"Las familias están respondiendo bien", relata Elvira, "en sintonía con los colegios y ayudando a sus hijos. En servicios que no se están prestando actualmente, ahora no se cobra nada a las familias, evidentemente. En niveles no concertados como un bachillerato, puesto que se está prestando el servicio hay que mantener las cuotas. Las aportaciones son voluntarias, el que pueda y quiera es bueno que las siga haciendo. Tanto el centro como las familias tienen que actuar de común acuerdo, de manera que no creemos más problemas de los que ya tenemos".

Respecto a las aportaciones, el secretario general afirma que son para que "la entidad pueda desrrollar toda su actividad educativa. No se trata de una contraprestación directa, sino algo voluntario que ayude a mantener este sistema. Son aportaciones voluntarias y las hace el que quiere y puede". Añade sobre esto que "siempre es buen momento para recordar que se necesitan una serie de medios para llevar a cabo este modelo de educación. La administración educativa tiene que tomar nota y que la financiación de la educación concertada responda al coste real".

La escuela católica "es un desafío permanente", también en estos momentos difíciles. "El aportar sentido y que las preguntas adecuadas se hagan desde las aulas, con nuestra perspectiva cristiana. Esta es una circunstancia muy particular, para plantear de nuevo esas preguntas. La ayuda no es solo académica, tenemos que aportar algo más y hemos pedido a los colegios que acompañen a los alumnos con algunos mensajes para dar sentido a esta situacion"..