Mons. Báez sobre la persecución en Nicaragua: "Hay mucho miedo y la represión es muy fuerte"

El obispo auxiliar de Managua analiza la crisis que sufre Nicaragua y la persecución religiosa que se vive en el país

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Mons. Silvio Baez es el obispo auxiliar de Managua. Actualmente Nicaragua sufre una grave crisis política y social, que nos ha dejado escenas como el ataque a la catedral de la ciudad, donde prendieron fuego a la cruz que descansaba en la capilla de la Sangre de Cristo. Algo que le ha producido "un profundo dolor. No solamente por su valor artístico -ya que tiene más de 400 años- si no por lo que representa".

El obispo nicaragüense explica en El Espejo que "fue un ataque terrorista premeditado y planificado. Es una de las imágenes más veneradas por la gente en Nicaragua. Representó una ofensa a la gente más sencilla y más creyente. Esa imagen representa el amor y la no violencia, es el icono de la victoria de quien nos amó hasta el final".

El prelado cuenta que ese ataque representa bien lo que está viviendo el pueblo de Nicaragua: "Es simbólicamente lo que está padeciendo el pueblo de Nicaragua a causa de una irracional represión de un régimen que está dispuesto a cualquier cosa, con tal de mantenerse en el poder". Eso sí, la cruz es "al mismo tiempo una muestra de la esperanza del pueblo de Nicaragua, de resucitar la justicia y la paz en el futuro. Es posible una Nicaragua nueva".

Es un don de Dios el amor que la gente tiene hacia los sacerdotes y obispos. Hay una profunda unidad muy fuerte entre los pastroes y el resto del pueblo. Siempre han sido muy cercanos a nuestro pueblo y de parte del pueblo hay un gran apoyo hacia los sacerdotes. Hay una vision de la realidad compartida.

La prensa independiente ha realizado una labor ejemplar y heroica. Junto a la Iglesia es este periodismo el que mantiene la esperanza y denuncia las agresiones. En cuanto a la sociedad civil hay que distinguir tambien. Hay mucho miedo y hay algunas cupulas que ven que la represion es muy fuerte. Hay intereses que se defienden de modo solapado, hay grupos y dirigentes que actuan a espaldas del pueblo y eso complica el cambio pacifico. La sociedad civil deberia estar mas cerca de la gente y alentando un verdadero cambio democratico.

El camino que la Iglesia siempre ha apoyado y que creemos que es el adecuado es encaminarnos a unas elecciones nacionales con cambios en el sistema electoral y con unos comicios supervisados a nivel nacional e internacional que permita al pueblo decidir, pero esto se ve cada vez mas dificil. no hay voluntad por parte del regimen de ofreccer unas elecciones justas. La gente se ha cansado y despues de dos años de lucha y en medio de tanto dolor, la tentacion del acomodamiento es muy grande. Yo no veo condiciones para un cambio a corto plazo, pero no hay que dejar de insistir en que es posible una nueva sociedad donde se respeten los derechos de la persona.