Carlos Blanco, el niño prodigio de 'Crónicas Marcianas', explica cómo fue su infancia y su “mayor orgullo"

Todavía hay mucha gente que le sigue reconociendo tras su éxito en televisión

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Muchos lo recordarán junto a Javier Sardá en uno de los programas de mayor éxito de la televisión española.

20 años después y con 33 años, Carlos Blanco, es doctorado en Filsofía, teología y licenciado en Ciencias Químicas, además de autor de una veintena de libros. “Escritor y profesro”, así es como me defino, dice en ‘Fin de Semana’.

Carlos confiesa que “siempre he hecho lo que he querido, no he querido ni ser mandando ni mandar” y esa ha sido su filosofía de vida que la ha pasado entre libros.

Con un coeficiente intelectual de 160 (una persona media lo tiene de 100), este joven prodigio asegura que “la inteligencia es algo muy plástico”, y recuerda que “en mi infancia y en los primeros cursos de SEO me sentí muy solo y me refugiaba mucho en mí y en los libros”.

A los 13 años se convirtió en un fenómeno televisivo por su participación en ‘Crónicas Marcianas’, una experiencia que “influyó mucho en mi vida, de manera condicionante, aunque tenía claro cuáles eran mis objetivos”, comenta Carlos.

Pasados tantos años todavía hay mucha gente que le sigue reconociendo por la calle, pero lo que guarda con gran cariño de aquella experiencia es el cariño de la gente y saber, también, que ha ayudado a muchas personas, que sigue haciendo a día de hoy, a través de las cartas que le llegaban en las que le hacía preguntas sobre libros, le pedían consejos para estudiar… sin duda esto “es mi mayor fuente de orgullo”, asegura Carlos Blanco.

Por último, Blanco nos recuerda cómo era de pequeño, “siempre he sido muy curioso, me metía en las conversaciones de los mayores, hablaba con bastante claridad y hacía muchas preguntas”.