Marian Rojas: “Para la depresión estacional, mucha naturaleza, sol, deporte y dieta equilibrada”
Nuestra psiquiatra comenta con Cristina en Fin de Semana los síntomas de la depresión estacional y los primeros aletazos del otoño
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Las depresiones estacionales con los cambios de tiempo a veces son muy duras de llevar y estamos en la época del año más propicias para ello, como bien cuenta Marian Rojas a Cristina: “Empiezan sobre todo en otoño y remiten en primavera. Tienen un nombre: trastorno afectivo estacional, y es más frecuente de lo que pensamos, llega a afectar a un 10 % de la población global”.
Las características, según Rojas, son “parecidas a una depresión leve o moderada, que son la tristeza, la falta de ganas, de energía para realizar las actividades cotidianas, un poco de irritabilidad, más ganas de consumir hidratos de carbono… estamos más apáticos, el sueño se desregula”.
¿A qué se debe? Las causas son “multifactoriales”: “Se cree que tiene mucha relación con el sol. En Florida los estudios dicen que del 1 al 2 % de la población lo padece, en Alaska sube hasta el 10 %. Cuanto más te alejas del Ecuador, más probabilidades de que suceda porque hay más horas del sol al día”.
Aquí entra la famosa vitamina D porque “desde hace unos años sabemos que está relacionada con el estado anímico. Muchos psiquiatras la pedimos en depresiones y hemos visto que muchas depresiones es por falta de ella”.
La mujer es, según explica Marian, “la más propensa a sufrir este tipo de depresiones, curiosamente afecta igual a jóvenes y mayores, y afecta mucho a la gente de piel oscura”.
¿Qué es lo realmente importante? “Nosotros empezamos a tener menos exposición a la luz del sol, tenemos menos hora a lo largo del día, nuestro cuerpo tiene menos vitamina D y esto está relacionado en cómo se procesa en nuestro organismo la serotonina y la dopamina, nuestras hormonas de la felicidad, nos ayudan a estar contentos”.
Para estar más contentos la psiquiatra recomienda “dar paseos por la naturaleza, que nos dé un ratito el sol, hacer ejercicio, una dieta saludable. Si no tenemos sol disminuye esa vitamina y tengamos mayores síntomas depresivos. El confinamiento ha afectado, claro”.
Cuando ya estamos en depresión, Marian recomienda “ignorar la necesidad de comer muchos más hidratos y decirle al cuerpo ‘sé que no me convienes’, hay que ser conscientes de las cosas y así lo podemos gestionar”.