“El vacío ha sido esencial para que tengamos bombillas, televisión y hasta comida bien conservada”

José Ángel Martín Gago, profesor de investigación del CSIC, presenta en Fin de Semana con Cristina su libro 'El vacío' y explica por qué necesitamos la ausencia de materia

Cristina L. SchlichtingMiguel Soria

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“Imagina la nada, el vacío”. Seguramente te lo han dicho más de una vez e imaginas el aire, sin nada alrededor. Pero si hay aire, hay algo. Ahora quita el aire, seguirán quedando átomos, invisibles pero existentes. ¿Cómo es el vacío? ¿Podemos llegar a él? ¿Podemos verlo? ¿Quizás es lo que hay detrás de los límites del universo, cada día en expansión?

Es un tema apasionante que genera muchísimos debates. Y ahora llega en forma de una nueva obra titulada tal cual, ‘El vacío. Un libro a propósito de la nada’ (Ed. Catarata, en coedición con el CSIC), obra de José Ángel Martín Gago, Doctor en ciencias físicas por la Universidad Autónoma de Madrid y profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), quien ha estado en Fin de Semana con Cristina para aclarar conceptos: “El vacío parece simple pero es muy complejo. En la RAE aparece desde un corte de la carne a un baile regional. Una de las últimas acepciones es ‘espacio carente de material’. Es un espacio o volumen esta? en vaci?o o vaci?o cuando la densidad de mole?culas que contiene es menor que la que hay en la atmo?sfera sobre la superficie de la Tierra. La manera de cuantificarlo es mediante el te?rmino presio?n, que se refiere al nu?mero absoluto de mole?culas contenidas en un volumen y a una cierta temperatura. Si esta presio?n es menor que la atmosfe?rica, se habla de vaci?o y si es superior, de sobrepresio?n”.

Y, sin embargo, el concepto ha evolucionadomucho a través del tiempo: “Ya con los griegos fue Demócrito el primero, dijo que había átomos y, si no, vacío, pero no le escuchó nadie, y entonces Aristóteles dijo que no podía existir, que siempre había algo. Esa controversia duró mucho y no se zanjó hasta el S. XVII en el que casi imperó la idea Aristotélica, pero luego se impuso Demócrito. En ciencia toda teoría tiene que ir funcionando y la de Aristóteles no cuadraba. Luego ya empezaron a construir bombas que generaban vacío en un espacio cerrado y tenía propiedades. Hoy en día la física ha avanzado más y se sabe que en el espacio profundo puede que no existe el vacío porque se podrían generar partículas y antipartículas. El vacío absoluto hoy también es cuestionable”.

¿Por qué hacer un libro sobre el vacío, qué tan importante es en nuestra vida? El investigador explica que “es la tecnología que más ha cambiado la sociedad, toda la forma de vida cambió radicalmente gracias al vacío. La luz eléctrica se desarrollaron gracias a él y su concepto, de tener luz a no tenerla. La tv se desarrolló gracias a ella, incluso la propia electrónica. Hoy día se usan envases de alimentación para el vacío”.

Algo muy curioso es que, por influencia claramente del cine y películas como “2001: Una odisea del espacio” o “Interstellar”, cuando nos imaginamos el cosmos vienen inmediatamente a nuestra mente ima?genes del cielo repleto de estrellas o fotos tomadas desde los telescopios espaciales en los que se aprecian galaxias y nebulosas. Pues bien, el experto asegura que “estas ima?genes nos ofrecen una idea completamente equivocada del universo porque cuando uno piensa en el universo piensa en noches estrelladas, puntos brillantes, pero la realidad es que es vacío, no hay nada. De una estrella a otra pueden pasar mil años luz. Realmente si quisiéramos hacer una foto del universo tenemos que darnos cuenta de que está vacío. La densidad media puede ser un átomo de hidrógeno por metro cúbico. La verdadera foto del universo no es estar lleno de puntos brillantes, no hay nada”, termina.