Schlichting: “Los herederos de ETA marcan tendencia en la víspera del asesinato de Miguel Ángel Blanco”

La presentadora de 'Fin de Semana' analiza los posibles resultados electorales en Galicia y el País Vasco este 12 de julio

Cristina L. Schlichting

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En este verano caluroso que está dando en estos días su do de pecho. Han bajado un poquito las temperaturas, pero Sevilla alcanzará los 38 grados de máxima, Barcelona, 27 y Alicante, 29. Allí, en la comunidad valenciana, chubascos a esta hora en algunos puntos, lo mismo que en Madrid y en áreas de la mitad norte o interior del este de la península. En Bilbao, donde hay elecciones, hace 27 grados, los mismos que en La Coruña, donde también hay elecciones.

Tenemos que lamentar nueve muertos por coronavirus en Cataluña y Lérida, ya lo sabes, ha cerrado a las visitas las residencias de ancianos, pobres míos, ota vez. Andalucía ha anunciado que esta semana que empieza hará también obligatorias siempre las mascarillas, como Extremadura o Cataluña, independientemente de la distancia social. Como estará la cosa que hasta el presidente Trump ha salido, por fin, con mascarilla, que se había resistido como gato panza arriba.

Por eso es tan escandalosa e irresponsable la foto de los hinchas del Cádiz, que se jugaba el ascenso a primera, y que a miles se han dado cita sin precauciones y saltándose distancias y normas en las aglomeraciones para jalear al equipo. Qué vergüenza y qué falta de responsabilidad.

Elecciones en Galicia y País Vasco

Galicia y el País Vasco se han acordado en varias cosas más. Por ejemplo, la edad de los que van en cabeza en las encuestas, 58 Feijóo, del Partido Popular, y 58 Urkullu, del Partido Nacionalista Vasco. Por ejemplo, el tiempo que llevan en el Gobierno, desde 2012 los dos, van ahora a por su tercera legislatura y también la fecha en que convocan a las urnas, porque desde ese 2012 Galicia y País Vasco coinciden en fecha electoral, y parece que nos les va mal a los candidatos.

Si la abstención no cambia nada, Feijóo va a por mayoría absoluta y Urkullu a una victoria que le permitiría gobernar con el Partido Socialista y eventualmente con Bildu que, ojo, va segundo en las perspectivas de voto, alucinante ver a Otegui en un puesto estelar en Euskadi. Los herederos de ETA marcando tendencia en este doce de julio que víspera del día en que mataron a Miguel Ángel Blanco los amigos de éstos que aspiran al poder. A 30 o 31 escaños aspira Urkullu y 18 Bildu, 10 el PSE y 9 los de Podemos, que pinchan en estos comicios.

Tampoco saca buenos resultados según las previsiones el pacto entre Partido Popular y Ciudadanos, que oscila en una horquilla de entre 7 y 9 escaños, ni parece que vaya a tener representación Vox. En Galicia también apuestan por la continuidad. Hasta 43 escaños podría subir Feijóo, con un resultado histórico del PP, que ve premiada su gestión del coronavirus. Lejos va el Partido Socialista, con unos 16 ó 17 escaños y el BNG, con 13 o 14, emejorando bastante con respecto al pasado. Marea, o sea, la versión local de Podemos, se da un morrazo importante y También en esta circunscripción Voz se quedaría en el banquillo. Veremos qué ocurre porque en A Mariña y el Goyerri hay brotes de coronavirus que van a impedir votar a grupos de personas. Se ha multiplicado el voto por correo espectacularmente. En un 80 por 100 en Galicia y hasta más del doble en el país Vasco.

Muere un conductor por enfrentarse a un irresponsable

Y es que la cosa está peliaguda y molesta con los brotes y a veces, pocas, la verdad, ni siquiera es fácil la convivencia. Por ejemplo, antes de ayer en Almería, Marci Ortega y yo presenciamos con una horda de jóvenes desbocados iba dándose abrazos y cantando a voz en grito por la calle, por supuesto sin mascarillas, e increpaba a una señora que los corregía desde un coche.

En Francia ha habido algún episodio de violencia por enfrentamiento ciudadano, como el que le ha costado la vida a un conductor de autobús.

Transforman Santa Sofía en mezquita

Y en el orden internacional, merece la pena destacar una noticia que no quisiera yo que pasase desapercibida a los oyentes de COPE, que es la transformación de la enorme Santa Sofía de Estambul en mezquita. Se trata de un golpe gravísimo a la paz cultural entre Europa y Turquía, entre el Cristianismo y el Islam y una retroversión de la separación entre el culto y el estado en la nación turca después del líder Ataturk. Se suponía que Turquía iba en cabeza entre las naciones musulmanas confesionalmente modernas y que Ankara aspira a entrar en la Unión Europea, desde su puesto crucial de aliado de la OTAN.

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Pues nasti de plasti, ahora el dirigente Erdogan le ha dado un frenazo a la evolución local e internacional y ha decretado que el templo que durante más de mil años fue la sede de la cristiandad oriental, tras la caída del Imperio Romano, o sea, para que nos hagamos una idea, el San Pedro del Vaticano de la mitad Este de Europa, se convierta de museo, que es lo que era actualmente como símbolo de convivencia religiosa y política, en mezquita islámica. La cosa tiene además peligro cultural porque Santa Sofía, consagrada al nombre de la Sabiduría del Espíritu Santo, tiene mosaicos con representaciones humanas valiosísimas de Cristo, los Santos, los Ángeles y toda la corte imperial de Bizancio que deberían ser tapados para hacer compatible el culto con la fe islámica.

Santa Sofía forma parte del patrimonio internacional de la UNESCO y no puede hacer eso unilateralmente, como lo ha hecho. La organización internacional ha exigido negociaciones a Erdogan, y veremos qué pasa. El gesto es de una agresividad extraordinaria. Tiene no sólo un perfil religioso negativo, sino consecuencias difíciles para las relaciones entre Turquía y la UE y confirma la deriva intolerante del régimen turco.