Mikel Ayestarán, enviado especial de COPE a Kiev: "Tengo la maleta siempre preparada por si hay que salir"

El corresponsal de COPE en Kiev ha narrado cómo se han vivido las últimas 24 horas en el centro de la ciudad

Beatriz Calvo

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La guerra en Ucrania continua aunque las últimas horas han sido relativamente tranquilas en el centro de la ciudad de Kiev. Allí se encuentra el enviado especial Mikel Ayestarán que ha actualizado la última hora del conflicto a las 6:30 horas en 'Herrera en COPE'. "Las últimas 24 horas han discurrido en el centro de Kiev no se ha escuchado el sonido de las alarmas aunque sí se ha registrado alguna explosión", apunta Ayestarán, que asegura que "comparado con los primeros días, los ciudadanos dicen que pueden dormir".

"A las 6:00h se han levantado el toque de queda, y ahora se empieza a ver poco a poco gente, pero no queda casi nadie en la ciudad. Apenas hay diferencia entre el toque de queda y sin él", ha narrado, haciendo hincapié en las conversaciones que se escuchan entre los vecinos, comentando por qué se han quedado, algo "inimaginable hace unos días".

En Kiev "cada vez más barricadas y más gente armada" y "los testimonios que llegan del norte, que es la zona con casas de campo, son imágenes apocalípticas que me recuerdan a imágenes de Alepo. No hablamos de bombardeos quirúrgicos contra posiciones militares y ocurre lo mismo en otras ciudades. Esto ha entrado en otra fase", ha apuntado el periodista.

En el hotel en el que se encuentra Mikel hay una "sensación rara", ya que asegura que llevan días con "que viene el lobo" y, al mismo tiempo, "llevamos varios días sin explosiones". "No es que te confíes, pero al menos podemos trabajar, aunque sin levantar la guardia porque la situación va a cambiar en un segundo. En mi caso yo no me quito los zapatos y tengo la maleta siempre preparada por si hay que salir de aquí. No hay gasolina, es el gran problema. No sé cómo va a ser la salida porque no hay medios para salir pitando", ha explicado.

Y es que en Kiev "hay un número mínimo de coches" y una "sospecha permanente al extranjero que no había sido así antes". Ahora tienes que contar mil veces que has venido a contar que está pasando. Hay manipulación mediática por las dos partes, hay una guerra de propaganda que yo no había visto en otros conflictos", ha asegurado Mikel.

En cuanto a la situación en los supermercados y otros establecimientos en el centro de Kiev, "todavía hay de todo porque como no hay apenas gente todavía tienen lo que hace unos días". Eso sí, "está en vigor la ley seca y no se puede comprar bebida de alta graduación", además, "las farmacias están abastecidas, pero abren muy pocas horas".

La situación más lejos del centro es distinta: "En los barrios exteriores, hay una tienda por barrio y en esos supermercados sí empiezan a faltar cosas porque sí falta suministro". En cuanto al transporte, "el tren funciona en dirección a todos los puntos del país. El metro es el hogar improvisado para muchos ciudadanos, y no funciona".

"Los hospitales también están bunkerizados. Los enfermos están 3 o 4 plantas bajo tierra y han adaptado el sistema a la situación actual, pero los médicos me han dicho que el sistema de salud ucraniano no está adaptado a una situación de guerra. Ahí también empieza la escasez de antibióticos y oxígeno, sobre todo", ha narrado Mikel Ayestarán desde Kiev.