'Crónicas perplejas': "Cada plan que sale bien tiene detrás a una persona entregada a las cosas bonitas"
Habla Antonio Agredano de esos momentos en los que disfrutamos la vida, en los que lo pasamos bien; y de lo importante que es rodearse de gente a la que le guste vivir así
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En esta sección de ‘Herrera en COPE’, Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus "Crónicas perplejas".
“Las mejores noches son las que se improvisan”, suele decirse. Pero tengo mi propia teoría. Los planes no salen bien solo porque surjan en el momento. Los planes salen bien porque hay gente hecha para la fiesta. Porque en toda pandilla hay personas generosas, entusiastas y que hacen que las cosas fluyan.
De esos que, si alguien elige un restaurante y no les gusta la comida, se quedan callados y no le dan importancia. De esos que no obligan a hacer lo que a ellos les apetece, sino que se adaptan, que escuchan, que ponen facilidades. Que no cuentan penas en la mesa. Que no aprovechan los primeros vinos para lanzar reproches.
Eso sí que no se improvisa, ese ánimo para poner las cosas fáciles. Para compartir, para brindar y para darlo todo sin vergüenza, sin dobleces y sin viejas revanchas. Cada plan que sale bien tiene detrás a una persona entregada a las cosas bonitas de la vida.
Estamos cansados de pejigueras, de caprichosos, de maleducados. Estamos cansados de esa gente que se une a los viajes y a las marchas para mangonear, para criticarlo todo, para imponer su visión del mundo a quien solo se junta para echar un buen rato.
Seguro que escuchándome tenéis alguna idea en la cabeza de personas que encajan con estos perfiles. De los que uno quiere librarse pronto y de los que uno no querría separarse jamás.
Da igual si es en el bar de debajo de casa o en las calles de Florencia o en el mejor chiringuito de Zahara de los Atunes. Para que los planes salgan bien hace falta mucho cariño, mucha amabilidad y esa madurez emocional que es beber, bailar y reírse como si la vida se acabara esta misma noche.
A mí pónganme en ese equipo. En el de las personas que se abrazan a la jarana y a la alegría. En el de las personas que lo dan todo vayan donde vayan. Pasarlo bien es una actitud. Pasarlo bien es un compromiso con la vida.
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