Del Val: "No sabremos lo que ocurrió hace unos meses, pero vamos a saber lo que ocurrió hace 84 años"
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Luis del Val pone el foco de la imagen del día en "Herrera en COPE" en el empeño de la Fiscalía que dirige la exministra, Dolores Delgado:
"Nadie, nadie ha felicitado a la Fiscalía por recomendar el archivo de la causa de quienes intentaban saber porqué somos el país occidental que peor ha gestionado la pandemia, y quiero obviar ese vacío felicitándola por el sosiego mostrado. Porque la Fiscalía, que dirige la antigua ministra de Justicia de Pedro Sánchez, ha tenido uno de esos días tranquilos y de moderado entusiasmo gubernamental. Pillamos a la Fiscalía en uno de esos días de admiración enardecida y lo mismo recomienda al juez detener a los denunciantes por sospechosos. Asimismo, parece que la comisión que el PP quiere promover en el Parlamento para saber las causas por las que estemos ganando el campeonato de la mala gestión, no va a salir adelante. Bien. Pero la vida siempre compensa una cosa con otra, y no sabremos lo que sucedió hace unos meses, pero gracias a la Ley de la Memoria democrática, vamos a saber con detalles lo que sucedió hace 84 años, sobre todo lo que sucedió en uno de los bandos de la guerra civil, el de los malos, porque en el otro ya sabemos que se fusilaba en defensa propia y sin mala intención.
Esto me sugiere que el Gobierno tiene una oportunidad excelente para demostrar su fervor por la transparencia, y podría poner en marcha una Ley de la Transparencia Histórica, a través de la cual, nuestros biznietos, dentro de 84 años, tendrían la oportunidad de ponerse a investigar porqué murieron más de cincuenta mil personas, a pesar de sufrir el confinamiento más extenso de Europa.
A algunos impacientes es posible que les parezca algo descabellado, pero si el Gobierno piensa que eso es bueno para nosotros, será que es bueno para Sánchez; ya lo sabremos en el futuro, o lo sabrán, porque nosotros habremos alcanzado el peso ideal que tienen los cadáveres.
Por cierto, he descubierto la elegancia y naturalidad que tiene el ex secuestrador Otegui para llevar la mascarilla. A cualquier amigo lo encuentro raro y, sin embargo, el Gordo -como le llamaban cuando preparaban el secuestro de Javier Rupérez- lleva la mascarilla con una gracia insuperable. Y es que, familiarizado con la capucha, es como si a una persona, habituada media vida al traje polar, le dieras una bufanda en un otoño del sur de Europa".