Luis del Val: "Colau puede seguir en su ignorancia y derribar la estatua de Colón de las Ramblas"
Barcelona retira de su callejero la calle 'Reyes Católicos'. Este es el tema que centra la 'Imagen' de Luis del Val de este martes
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Hace más de quinientos años, Fernando de Aragón, de visita a Barcelona, sufrió un ataque por la espalda, causado por Joan de Canyamars, que intentó seccionarle el cuello con una espada. Fernando el Católico salvó la vida de casualidad, porque se movió hacia su caballo y la espada fue a dar en la clavícula, produciéndole una grave herida. El séquito procedió a apuñalar al aspirante a regicida, pero el Rey pidió que no le mataran.
Curado de sus heridas, le sometieron a juicio con arreglo al procedimiento de la época, es decir, a la tortura. En el transcurso del proceso confesó que había intentado matar al Rey porque se lo había indicado el Espíritu Santo, ya que el auténtico rey era él.
Joan de Canyamars, o Juan de Cañamares era un payés que tenía que pagar por la tierra que cultivaba. El Rey Fernando dijo que, puesto que estaba loco, que le perdonaran, pero el Consejo del Reino lo ajustició. Era el año 1492.
Más de quinientos años después, una alcaldesa de Barcelona ha procedido a quitarle el nombre de calles y plazas a quien fue Rey de Aragón, Nápoles y Sicilia, porque Nápoles y Sicilia fueron españolas hasta el siglo XVIII. Cuando la alcaldesa de Barcelona deje de serlo, a lo mejor tiene tiempo de viajar a Nápoles y Sicilia, y podrá contemplar abundantes estatuas de numerosos reyes aragoneses, porque en Nápoles y en Sicilia todavía no han llegado a nombrar alcaldes y alcaldesas tan torpes, tan ignorantes y tan zafias como la que sufre Barcelona.
Para que Barcelona fuera sede de las olimpiadas de 1992, uno de los argumentos que empleó el barcelonés Samaranch fue que allí, en esa ciudad, habían recibido los Reyes Católicos a Colón, tras el encuentro con el Nuevo Mundo.
No estaría bien que la analfabeta Colau asistiera a clases de adultos, siendo alcaldesa, pero podría contratar a alguna profesora particular o pedir ayuda a la Institución Fernando el Católico, de Zaragoza, que le podría prestar libros, muchos de ellos editados por la entidad. Otra posibilidad es que siga en su ignorancia y derribe la estatua de Colón de las Ramblas. Hay muchas maneras de pasar a la Historia. También el nombre de Abundio y el tonto del haba han pasado a la posteridad.