Pide una estantería por internet y alucina por lo que hay al abrirse el camión: "No sabía dónde meterme"

En esta ocasión, nuestros 'fósforos' nos cuentan aquellas cosas que les vendieron cuando no las necesitaban realmente

Pide una estantería por internet y alucina por lo que hay al abrirse el camión

Redacción Herrera en COPE

Publicado el - Actualizado

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Llega el momento de charlar con nuestros 'fósforos'. En esta ocasión, les preguntamos sobre aquellas cosas que les vendieron cuando no lo necesitaban.

El primer oyente, llamado Alfonso, explica que a él le vendieron "un camello. Iba por la carretera a mediados de los 80. Por entonces, existían los circos ambulantes. Entonces, yo soy muy taurino. Había unos toros con unos cuernos inmensos. Son espectaculares. Dio la vuelta para ver si me vendían uno. Los toros al final no. Pero vendían un camello".

Y lo compró. Pero claro, no sabía qué hacer con él. Tuvo que alquilar una parcela y allí acabó el camello. Lo llamó Manolito porque era 'clavado' a un amigo suyo. Lo que sucedió es que el camello le mordía. "Se tiraba como un león, mordía como un desesperado. La gente se acercaba a ver a Manolito. Mordía a todo el que se acercaba. Me emplumaron el camello malo, seguro".

Al final, le regaló a un amigo el camello. Después, hemos descubierto la historia de Raúl. En su caso, dice que su madre ve mucho la tele. Y llegó a comprar un aparato que lava pies y hace masajes, que no usa. Una freidora sin aceite, que no salen muy allá las patatas, en palabras del 'fósforo'.

Freidora

Carmen dice que es de Valencia. Forma parte de una falla y dijeron que iban a dar unas clases. Se gastaron 50 euros en una especie de flauta para esas clases que solamente han usado dos veces.

"Les dije que se habían equivocado"

Otra 'fósfora' llama desde un pueblo de Teruel. Compró una cinta de andar que le pareció que era muy útil. Los primeros quince días, todos los familiares se peleaban por usarlo. Al mes, la cinta ya estaba sin usar. Y ahí se ha quedado. No han conseguido deshacerse de ella.

Vicente, poco tiempo después, relata que su pareja le dijo de coger una estantería. Le pareció bien. A los quince días, una compañía les llamó diciendo que ya iba el camión con esa estantería. Y cuando abrieron, se llevaron la sorpresa porque había cuatro palés con estanterías. "Les dije que se habían equivocado y me dijeron que venían a mi nave porque había 200 metros cuadrados de estanterías. 980 euros, Alberto. No sabía dónde meterme y mi pareja no apareció en ningún sitio. Así que, imagínate".

Tuvo que llamar a la empresa para decirles que había un error. Su mujer le dijo que "vio compra ya, y apretó. Al final, se solucionó. Pero los portes lo tuve que pagar yo".

¿Y qué le ocurrió a Ángel? Responde que su mujer es adicta a todos los cacharros eléctricos. "Pillamos una barredora de estas y la pobre se daba tortas por todas partes, porque mi casa tiene muchas esquinas".

María, por otro lado, asegura que nos llama desde Sevilla. Su marido se le presentó con una cazadora color berenjena. Dice que era muy barata. Un comentario que ha desatado las risas de los colaboradores de 'Herrera en COPE'. No te pierdas aquí la sección al completo.

Por último, Pedro dice que, hace unos años, compró unas pinzas para las orejas. Dice que eran mágicas y que aliviaba el dolor. "Pero claro, a ver dónde ibas tú a la calle con eso".

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