Una familia de Almería viaja a Alemania, cogen el avión, y alucinan por lo que les pasa en el aeropuerto
En esta ocasión, hablamos con nuestros 'fósforos' sobre aquellas compras que les han hecho mucha ilusión
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Acaba la semana y, en esta ocasión, nuestros 'fósforos' hablan sobre aquellas compras que les han hecho ilusión. Un cepillo de dientes eléctrico, unas cangrejeras, algo que cubra una necesidad que no sabían que tenían.
La primera oyente, llamada María Dolores, dice que adquirió un pasapurés eléctrico para "hacer el ajo, que yo soy de Albacete. Tenía mucha ilusión porque ya soy mejor y ya no puedo darle al mortero. Y eso va eléctrico y ya no tengo que hacerlo".
Inmediatamente después, Concha habla de ese objeto preciado. Del que ya no puede despegarse. Es una cinta andadora. Gracias a ella, ya puede hacer deporte en casa. Y encima le hace mucha ilusión porque es un obsequio de sus hijos.
¿Y qué se ha comprado José Antonio? ¿A qué producto le tiene cariño? Responde que, en su caso, tenía un ventilador de techo que tiene 25 años. Y su mujer le sugirió que igual era momento ya de cambiarlo. Escogió uno, un pelín más caro. Lo montó y, cuál fue su sorpresa, que "lo pongo en funcionamiento y descubro que tiene muchos colores diferentes. Lleva hasta radio. Con una aplicación. Os puedo escuchar desde el ventilador mientras estoy fresco. Yo no sabía que existía eso".
Jesús es un 'fósforo' que adquirió en pandemia un aparato para desinfectar objetos tecnológicos. Total, que lo tiene en casa. Y no lo ha estrenado aún. "En media hora te quitaba todos los virus de los aparatos. Era una ganga. Me hacía ilusión y no lo he usado al final porque me venían en chino las instrucciones", cuenta en los micrófonos de 'Herrera en COPE'.
"Lo saqué con unos alicates y ahí lo tengo muerto de la risa"
Se suceden las llamadas de los oyentes. Como Miguel. Explica que tiempo libre y Amazon, pues provocan cosas como las que le sucedió a él. "Vi un artefacto que se ponía en el tubo de escape y le cambiaba el ruido. Lo encargué. Me llegó en el trabajo. Lo coloqué en el tubo de escape, arranqué, le metí dos acelerones. Eso no hacía nada. Lo saqué con unos alicates y ahí lo tengo muerto de risa".
Silvia no ha querido desaprovechar la oportunidad y ha charlado con nosotros. En su caso, "la semana pasada nos fuimos a Alemania. Yo tengo un niño de 2 años. Me regalaron un calienta biberones portátil. Y genial. Se nos cayó en el aeropuerto, se rompió la tapa y por darle una solución empezamos a sacar ahí tiritas para pegar la tapa. En el avión, seguía caliente", relata. Añade que seguía funcionando, pero que han tenido muchos golpes.
Pues resulta, y fíjate que curioso, que han llegado a Almería y sigue funcionando. Así que está contenta, por esa parte. No te pierdas aquí la sección completa.
La compra de Miguel fue la siguiente. Vivió ilusión y desilusión. Se ha cogido una cafetera nueva. La que tenía le duró 40 años. Todos los sábados, se reúne con un grupo de amigos para hacer paella. Y, después de la tertulia, hacían café. Y como decía, 4 décadas les ha durado. ¡Bien amortizada!
Por último, Coque relata su caso. Llama desde un pueblo de La Rioja. El aparato más 'chorra' que cogió su cuñado fue un succionador de mosquitos. Así se vendía. Y útil, útil, fue poco.