La mirada económica de Gay de Liébana: “Desconexión”

Durante este año consumado el golpe en la economía real, los elevados niveles de deuda podrían ser incontrolables e impagables por algunos prestatarios

Gay de Liébana

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El profesorJosé María Gay de Liébana analiza en‘Herrera en COPE’ las claves económicas del día

El asunto debe ir por barrios, Pilar. Y, ahora, en el mundo nos encontramos con dos bandos: el de los más bien pesimistas y el de los más bien optimistas. Empiezo por estos últimos, Pilar, que son inversores en bolsa y principalmente en Wall Street. Muchos han comprado en plena caída de la bolsa y están confiados pensando que la recuperación de las economías será rápida. Lo dice el FMI: los precios de los activos de riesgo desde la enorme caída de principios de año han repuntado, con los tipos de interés disminuyendo y al socaire de unas condiciones financieras distendidas. El S&P 500 sigue creciendo desde que tocara suelo en marzo, y va recuperando posiciones. Las tecnológicas suben en Wall Street como la espuma.

Hay quien ve que el precio de los mercados recoge un mundo perfecto y estable que no está consonancia con la panorámica que ofrece la economía real, donde sobresalen pérdidas de millones de empleos por el todo el orbe y el sonido cada vez más próximo de insolvencias, esparcidas por doquier, que se divisan.

Tal vez, los mercados financieros vayan por otro camino que no es el de la economía real. Durante este año, Pilar, consumado el golpe en la economía real, los elevados niveles de deuda podrían ser incontrolables e impagables por algunos prestatarios. Así que podría arreciar una oleada de quiebras. Hablar hoy de la famosa recuperación deseada en forma de V, suena a entelequia. Y es entonces cuando se lanza el jarro de agua fría. El empeoramiento de la economía, peor que en la crisis de 2008, es susceptible de hacer caer las bolsas. Así que expectantes, Pilar, a cómo está el patio de los mercados financieros que igual anda desconectado de la economía real…

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