Álvaro Sáez: "Europa ha dejado de ser el espacio de encuentro en el que todos nos entendíamos"

El presentador de la 'Linterna de la Iglesia' reflexiona sobre las elecciones europeas de este domingo: "Volvamos al origen del proyecto europeo"

Redacción Religión

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Queda nada, día y medio, poco más para volver a votar, otra vez. Tres en siete semanas. Y lo que rondará por ahí. A estas últimas llegamos un poco agotados en términos de saturación política. De 'declaratitis' y eso es un poco preocupante, porque a lo mejor hace que nos tomemos estos comicios como un poco a la ligera. Y que no importa. Y quizá por eso, en los últimos años, las instituciones europeas han degenerado tanto y han dejado de ser ese espacio de encuentro en el que todos nos entendíamos, sabíamos ver lo que nos unía, fijarnos metas ambiciosas, a ser un entorno que se presta a la existencia de, perdón por la expresión, partido bastantes 'frikis'... Y a un banco de experimentos de políticas, burocracias, etc.

Y cuando hablamos de polarización no hablamos de que haya partidos extremistas. No confundir. Dios me libre a mi de calificar a un partido como extremista en la situación actual. Me refiero a partidos que abogan por cosas absolutamente irrelevantes hoy en día. Y que esa irrelevancia que se reduce a alguna disputa a nivel nacional embarre algo mucho más elevado como es Europa.

Hoy en día es complicado reconocernos como cristianos dentro de Europa y, de verdad, no quiero hablar solo de que si incluyen el falso derecho al aborto en la carta de derechos fundamentales o hablar de leyes trans, ideología de género, etc.

Quiero hablar de desigualdad económica entre países que favorecen la pobreza, quiero hablar de los grandes problemas de vivienda que afectan a todos, especialmente a los más jóvenes con cierto proyecto de construir una familia, hablo de la realidad migratoria y cómo pactamos para poder hacer retornos a países donde ellos han tenido que salir porque no les quedaba otra. Son situaciones donde Europa se negaba a sí misma porque, en definitiva, son políticas que no ponen a la persona en el centro.

Sí, es complicado reconocernos. Pero es que eso no es la base de Europa. La base de Europa es el encuentro, el entender al distinto. Compartir objetivos. Concordia. Paz. Pero es importante hacernos valer con naturalidad. Tenemos una oportunidad de oro para volver a sacar encima de la mesa los debates que nos importan.

Porque en la Europa que nos imaginamos, yo no quiero que sea una Europa paternalista, quiero que me dé libertad. Yo no quiero una Europa asistencialista. Quiero que sea capaz de solucionar los problemas que tiene encima de la mesa y para los cuales les hemos cedido la soberanía.

Estos días que se han organizado mesas, debates, foros, coloquios, charlas o podcast en instagram sobre las elecciones europeas, hay un par de términos que han salido en muchos de ellos y quiero compartirlos contigo. El primero es la familia, como base de toda sociedad y como único elemento no artificial. Y la amistad cívica como vehículo conductor de ese originario proyecto europeo.

Porque... ¿Por qué nació Europa? Esta ficción, este proyecto artificial, ¿de qué surge, por qué surge? Tres palabras: Paz, libertad y prosperidad. Y ya está.

Y es por eso que muchos de los padres fundadores, Schuman, Adenauer, de Gasperi, eran católicos convencidos que creyeron en este proyecto con esperanza. Pues venga, hagamos lo mismo. Volvamos al origen del proyecto europeo.