Misiones Salesianas lleva esperanza a Etiopía, al borde de la catástrofe humanitaria
La región del Tigray sufre una catástrofe humanitaria no vista desde la hambruna de 1984 que acabó con la vida de millones de personas. La Iglesia no abandona a su población
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se encuentra al borde de una catástrofe humanitaria,
que acabó con la vida de millones de personas. Sin embargo, la Iglesia no abandona a quienes lo necesitan. Es la zona más septentrional del país, y en ella, actualmente, más de 20 millones de personas, el 91% de la población, necesitan ayuda humanitaria urgente.
Es la terrible consecuencia de una combinación mortal: dos años de guerra, entre noviembre de 2020 y 2022, que dejaron más de 600.000 fallecidos y tres millones de personas desplazadas, y la sequía.
Los más vulnerables son las mujeres embarazadas y con menores a su cargo, las personas mayores con enfermedades crónicas y los niños y niñas en edad escolar. Esto les arrastra a una supervivencia cargada de traumas, violencia sexual y trata.
Sin embargo, allí donde es más necesario abunda la Gracia de Dios. Las Misiones Salesianas sostienen cuatro presencias en la región de Tigray (Adwa, Adigrat, Mekelle y Shire) y desde el inicio del conflicto atienden a la población en situación de mayor vulnerabilidad. Más de 100.000 personas han recibido una ayuda continuada de ropa, comida, agua, productos de higiene y bienes de primera necesidad.
Los misioneros de la familia de Don Bosco llevan a cabo un programa de alimentación diaria para 3.000 menores desnutridos, distribuyen pan a 5.000 personas cada día en centros de desplazados y mantienen un programa de alimentación escolar para 1.300 menores. Además, brindan atención a menores en centros de desplazados en Mekelle, distribuyen alimentos y entregan material escolar a los menores en las escuelas.
Para conocer y apoyar esta inmensa tarea y proyectos en la región del Tigray, se puede visitar