San Jaime y San Pedro, dos ejemplos de vida parroquial intensa

En 'La Linterna de la Iglesia' conocemos cómo trabajan en dos parroquias de nuestro país: en Moncada (Valencia) y Jaén

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Este mes el Papa nos ha pedido que las parroquias, poniendo la comunión en el centro, se conviertan cada vez más en comunidades de fe, fraternidad y acogida hacia los más necesitados. Unas parroquias "de puertas abiertas". ¿Lo estamos llevando a cabo en España? Es algo que ha intentado comprobar esta semana Manu Torralba, que se ha acercado a dos de ellas.

Parroquia de Moncada, en Valencia

En el carrer Major de la localidad de Moncada, a 30 minutos de Valencia, sorprende ver la de gente que se agolpa en la capilla de la adoración de la iglesia de San Jaime Apóstol. Por aquí pasan cada día unas 100 personas para rezar. Muchos de ellos, jóvenes que no han recibido una educación católica desde niños. Es el caso de Laura. Tiene 32 años y se ha bautizado esta Nochebuena. Cada vez son más habituales casos como el suyo en esta localidad y es que la comunidad no deja de aumentar. El párroco, Javier Grande, nos cuenta que se debe a los cambios que han realizado en su comunidad en los últimos cinco años: han pasado de desarrollar una “pastoral de actividades” a una “pastoral de procesos”, lo que resulta mucho más enriquecedor para los fieles que participan en la vida parroquial.

Parroquia de Jaén

Algo parecido pasa en la iglesia de San Pedro Poveda, en Jaén. Su párroco, Julio Segurado, nos da las claves para tener una comunidad tan participativa como la suya: se centran no tanto en la catequesis a los jóvenes (como siempre ha sido tradición) sino en la invitación a los adultos a celebrar la fe y encontrarse con el señor.

Dos ejemplos: Juan y Pedro, miembros del consejo pastoral. Muy centrados en el llamado “primer anuncio”.

Ahora mismo en la parroquia de San Pedro Poveda hay 150 personas que se reúnen todas las semanas en grupos (normalmente de 12) para formarse y vivir en comunidad. Dos ejemplos de parroquias donde las cosas, evidentemente, se están haciendo bien.