Cruz Morcillo revela qué le ha dicho el pakistaní a la Guardia Civil sobre la deuda con los hermanos de Morata
La periodista señala a Expósito las últimas novedades sobre el caso del asesinato de tres hermanos en la localidad madrileña
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Dilawar Hussain, paquistaní y nacionalizado español de 43 años, se ha entregado este domingo en el cuartel de la Guardia Civil de Arganda del Rey (Madrid). Los agentes lo buscaban como principal sospechoso del triple crimen de Morata de Tajuña, descubierto la semana pasada, y en el que fueron asesinados tres hermanos.
Todo apunta a que detrás hay una deuda de la hermana mayor que rondaría los 50.000 y los 60.000 euros, como consecuencia de la estafa del amor de la que era víctima desde hacía siete años. Un detalle que se ha conocido del caso en los últimos días es que el sospechoso ya agredió en el pasado, y en dos ocasiones, a Amelia, la hermana menor, la segunda vez a martillazos. Así, este lunes la periodista especializada en sucesos y colaboradora de COPE, Cruz Morcillo, contaba a Expósito en La Linterna las últimas novedades: el paquistaní ha confesado a la Guardia Civil qué pasó tras hacer el préstamos y cómo cambió su vida.
Novedades respecto al paquistaní y el crimen de Morata
Según explica Morcillo en los micrófonos de COPE, además de decir que era el que había matado a los tres hermanos, este lunes el paquistaní ha dicho a los agentes que los había matado porque le habían arruinado. “Que lo había perdido todo por el préstamos, del que no le habían devuelto nada”, comenta la periodista.
Así, el sospechoso ha asegurado tras ser detenido que “había perdido su locutorio, su casa, que no tenía para comer ni dónde ir”. “Se ha presentado como un hombre desesperado y al que llevaban dando largas desde hace tiempo”. Y es que el detenido salió de la cárcel en septiembre y no se podía acercar a la hermana porque tenía una orden de alejamiento, se la saltó y fue a la casa. “Es verdad que vivía en un cuchitril de Arganda conviviendo con otras seis personas”, reconoce Morcillo.
Una agresión que fue un aviso
Sobre la agresión previa, aunque la colaboradora asegura que fue una especie de aviso, pero “aún falta por concretar cómo fue esa extraña relación entre una maestra jubilada, Amelia Gutiérrez, la menor de los tres hermanos y el paquistaní de nacionalidad española que se ha entregado como autor”.
Lo que sí se sabe, explica, es que en enero del año pasado hubo una primera agresión y una denuncia pero, el 24 de febrero, Dilawar, que vivía como inquilino en la casa de los tres hermanos en Morata, esperó hasta que sobre las 9.45 de la mañana cuando regresaban a la vivivenda Amelia y su hermana, Ángeles abrió la puerta y atacó a la primera con un martillo, con el que la golpeó al menos en tres ocasiones hasta hacerla caer al suelo.
“Sufrió lesiones en la cabeza, una de siete centímetros”, comenta en La Linterna Morcillo. Una agresión por la que tuvieron que ponerle grapas. El individuo fue detenido e ingresó en prisión provisional por un delito de lesiones con instrumento peligroso, y ahí siguió en prisión hasta el juicio el 12 de septiembre.
El principal sospechoso desde el principio
Por lo tanto, el sospechoso le había agredido dos veces a una de las hermanas y, además, los primeros testigos a los que interrogó la Guardia Civil (que eran quienes le habían detenido), hablaron de esa deuda. El problema es que parece ser que no era la única, si no que las hermanas, Amelia en especial, había recurrido a todo aquel que podía prestarle dinero, hasta a un cura. “No sabemos a qué tipo de acuerdo habían llegado porque tras la primera agresión ella no dijo que era víctima de una estafa del amor”.
Además, aclara que los cuerpos fueron hallados en un chalé situado en el número 3 de la Travesía del Calvario (de ahí que se llamase Operación Calvario) cuando hacía cerca de un mes que nadie en el pueblo tenía noticias de los hermanos y después de que los vecinos de las casas colindantes denunciasen insistentemente el hedor que desprendían los cuerpos, que ya se encontraban en estado de descomposición.
Los agentes, tras obtener autorización judicial, encontraron los tres cadáveres apilados y parcialmente quemados. “Aún así, a primera vista parecía que los habían matado a golpes aunque se halló una pistola de fogueo”, concluye.