El líder de la iglesia greco-católica en Ucrania, sobre Francisco: “Tenemos esperanza en que baje la tensión"
Sviatoslav Shevchuk ha conversado con Ángel Expósito sobre el papel de la iglesia en Ucrania en este año y medio de guerra y la intermediación del Papa Francisco en el conflicto
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En su visita a Ucrania y a los diferentes escenarios del horror de la guerra, Ángel Expósito ha podido charlar con Sviatoslav Shevchuk, patriarca de la iglesia greco-católica en Ucrania. El director de 'La Linterna' se ha interesado por conocer su opinión sobre los últimos acontecimientos ocurridos, como la rebelión del grupo Wagner. “Nuestro país está luchando literalmente por su existencia, pero lo que pasa en la vecina Rusia para nosotros es importante porque influye directamente sobre la situación en Ucrania”.
Monseñor Shevchuk ha reconocido que hay muchas cosas que le preocupan sobre la situación entre Putin y Wagner. “Hemos contemplado como la gente de Rostov aplaudió a los guerreros de Wagner cuando los carros armados comenzaron a retirarse de la ciudad. Este aplauso me impactó mucho”, confiesa el patriarca. “¿Cómo es que una nación puede aplaudir como a un ídolo a uno que es capaz de los crímenes más terribles? Tener este tipo de personajes como su ídolo es muy peligroso”.
En un armario del salón en el que conversa con Expósito, tiene un casco y un chaleco antibalas. “Es parte de nuestra vida ahora”, expresa Shevchuk, que comenta que es una realidad que deben afrontar con humildad, pero también con algo de humor que les ayude a ver algo de luz.
Los retos de la Iglesia en Ucrania desde el estallido de la guerra
El líder de la iglesia greco-católica ha aprovechado para destacar el sentido de comunidad de la Iglesia, especialmente en este casi año y medio de guerra. “Este pueblo sufre, y con ellos sufre también el clero”. Recuerda que las parroquias se convirtieron de un día para otro en puntos de refugio. “Hemos salvado muchas vidas, hemos compartido todo aquello que teníamos: la comida, la ropa, y lo más importante, la palabra de Dios”. En medio del drama, Monseñor indica que la Iglesia fue fuente de esperanza y una brújula que guía el camino.
Desde el inicio del conflicto, ha habido un movimiento de solidaridad entre toda la sociedad ucraniana, fueran creyentes o no. Monseñor Shevchuk apunta que el origen de la solidaridad es cristiano, pero también hay algo “profundamente humano”. Pone como ejemplo el testimonio de una chica que asiste desde hace poco a la iglesia, que tuvo una revelación cuando se encontraba en un refugio antiaéreo y se dio cuenta de que para sobrevivir tenía que ayudarse no solo a ella misma, sino también a los demás. “Ayudar al otro puede ser terapéutico”, afirma el religioso. “Este altruismo natural del ser humano es una medicina”.
No obstante, el líder de la iglesia greco-católica reconoce que poco se puede decir cuando las bombas o misiles están cayendo a pocos metros de sus casas, lo más importante “es estar presente y al lado”. Compartir el miedo o el dolor es ya una ayuda, según Shevchuk. “Cuando vivimos estos momentos dramáticos juntos se hace más fácil sobrevivir”.
La amistad de Monseñor Shevchuk con Francisco: “Hablamos casi cada día”
Por otra parte, Expósito ha querido preguntarle a Sviatoslav Shevchuk por su amistad con el papa Francisco, que comenzó durante la estancia del patriarca en Argentina hace años, cuando Francisco ni siquiera era pontífice aún. Comenta que tienen contacto casi a diario y, por supuesto, hablan de la guerra. “A veces tenemos distintas impresiones. No hemos llegado todavía a una conclusión, seguimos reflexionando”.
En cuanto a la visita del enviado del Papa, el cardenal Matteo Maria Zuppi, a Moscú para intentar intermediar en el conflicto, se muestra esperanzado. “Tenemos la esperanza de que él puede ser un canal más para la comunicación, y que a través de una presencia eclesiástica se puede bajar la tensión. Tenemos mucho que decir a la parte rusa”, declara Monseñor.
Por último, el patriarca de la iglesia greco-católica ha querido agradecer a España el esfuerzo por haber acogido a tantos refugiados y a la iglesia española por ofrecer las parroquias para que los sacerdotes ucranianos pudieran proseguir con sus cultos. “Pero, por favor, no se olviden, no se cansen de nosotros”, pide el religioso. “Esta guerra va a terminar y va a ayudar a Europa a ser más solidaria, una Europa más humana y auténticamente cristiana”.