Expósito: "Gracias, Paloma Tortajada"

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Esta idea, esta frase se la inventó Paloma Tortajada. La dijimos a las 8 de la mañana, a las 4 de la tarde. La soltamos ahora a las ocho, las siete en Canarias. La verdad es que siempre es la mejor hora para escuchar la radio. 

Esta mañana ha fallecido Paloma. Nuestra compañera y mi maestra Palo o Torta. Palomita ha sigo ella.: aragonesa hasta el último segundo. Supongo que Paloma me diría que no hiciera más que una pequeña mención a la noticia de su propia muerte, que me fuera rápidamente a la campaña electoral, al tema de Garrido, que  contara "como tu lo sientes" que me decía lo último de la matanza de Sri Lanka. Pero ¿sabes qué, Palo? Hoy, solo hoy, no me mandas.

De toda la vida que recuerdo, me vienen las mañanas escuchando a Iñaki Gabilondo siempre, siempre, respaldado, resguardado y acompañado de Paloma Tortajada. Con el maestro Iñaki he pasado toda la mañana recordándola, hablando de ella, delante de ella.

Palo me contó cómo la radio tiene que salir del estudio y narraba como si estuviera allí. La mañana en que abrieron aquel 'Hoy por Hoy', en la Cadena Ser, desde el despacho de Ordóñez en el Ayuntamiento de San Sebastián a las pocas horas de que ETA le reventara la cabeza. "Tú vete, sal, no tiene nada que ver lo que cuentas desde fuera a lo que cuentas desde el estudio"  primera lección que intento cumplir a rajatabla.

Cuando fui director de ABC, publicamos una serie de terceras sobre la necesaria y nunca cumplida reforma educativa en España. Escribieron los rectores universitarios más importantes, José Antonio Marina, ilustres catedráticos, ex ministros por entonces el ministro de Educación era Ángel Gabilondo y él mismo me contó que coleccionaba esas terceras, encuadernadas, y que su jefa de prensa se las organizaba por orden un orden casi alemán. La jefa de prensa, la jefa de todo  era Paloma Tortajada. 

Yo llevo en COPE seis o siete años. Sólo ese tiempo. Llegué con la operación en la que COPE se hizo con Punto Radio para presentar el informativo del mediodía. Al año siguiente relevé en la mañana a Buruaga a sabiendas de que un año después, llegaría Carlos Herrera.

Paloma formaba parte del equipo del Buru, con Luis del Val, otro aragonés, con mi sombra  Rubén Corral y recuerdo cómo lo primero que decidí fue pegarme a ella. Para aprender como un becario.

Me dio un montón de consejos: que comiera fruta antes y durante el programa para meter azúcares buenos, que me riera en antena, que pensara en el equipo constantemente, que procurara no repetir determinadas ideas, fuerza en los monólogos de un mismo programa. Ella misma se definía como alemana por su rectitud, su categoría.

Así anduvimos juntos un año hasta que llegó Herrera a Cope. Una tarde, tomando un gin tonic en Madrid, Carlos y yo hicimos el enlace, las ideas, los equipos: yo quiero a este contertulio, te aconsejo a esta. Le dije que yo me llevaría a paloma a La Tarde y Herrera me dijo: “Perdona, eso sí que no. Esta pa' mí”.

Y se la quedó. Lógicamente. Recuerdo aquella mañana cuando leímos juntos un cuento en su librería. Esa librería de la que participó con sus amigos donde se vendían cuentos, papeles y carteles luminosos con el mensaje “on air” en el aire.

Y cómo trabajamos juntos en Barcelona y cuando cenamos en una terraza junto a la diagonal aquella noche de las elecciones alucinando en la Plaza de Cataluña con el mitin de Puigdemont. Poco después ya cayó malita. Esta mañana, su madre, me contaba cómo ya volvió muy cansada de Barcelona. 

Nadie podía imaginar entonces que tenía el bicho dentro, como decía ella, pero ya estaba ahí y ha estado el puñetero bicho hasta esta mañana. Hace unos meses, Paloma, hablando con Pilar, mi mujer, nos contaba cómo se estaba curando y recuerdo que paseando por la playa de Barcate, en Cádiz, Ángel Gabilondo me advirtió de lo peor. 

Hace tres días, aún abrió los ojos, levantó los brazos cuando me vio y me dijo: "La madre que te parió... ¿Qué haces aquí?.” y me lo dijo con la misma voz pura e inconfundible de siempre. Aguanté como pude y contesté…"¡Jo! palo has recuperado las voz completamente".

Y nos pusimos a hablar del EGM, y de mi último viaje a la guerra de Siria y de aquel primer viaje a Malí, y me dijo que el jueves, por hoy, se marchaba a Zaragoza. Y mira tú. En eso acertó. En un rato, nuestra Paloma Tortajada vuelve a casa y seguro que continuará  escuchándonos, y nosotros seguiremos aprendiendo de ella.