Expósito: "Hoy el gobierno de Sánchez es más débil que hace una semana, porque Bildu y PNV lo saben"

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El sonido del día es este el tal Koldo García más que mano derecha del extodopoderoso José Luis Ábalos en la comisión parlamentaria que lleva su nombre y el de su jefe por cierto, pero sinceramente con un aspecto, una pose y una mirada perfectamente descriptible, el tal Koldo se ha acogido a su derecho a no declarar.

Más allá de las apreciaciones personales, de lo primero que te produce cuando le ves, qué quieres que te diga, continuará. También ha comparecido en el Congreso Salvador Illa en la Comisión mascarillas, con un tono, pues eso, Salvador Illa.

Seguro, ¿quiénes son esos pocos? ¿Quiénes firmaron esos contratos con esos pocos? Se confirma que, pase lo que pase, en estas comisiones no influirá ni en un solo voto en las elecciones catalanas. Eso por parte de Illa, porque visto lo de ayer, los Koldo, Ábalos tampoco influyen.

Hoy es el día después de las elecciones vascas, día de reacciones, lecturas, análisis, futuribles... Sobre todo futuribles, porque si algo han confirmado las elecciones de ayer domingo son las tendencias. Es cierto que el PNV conserva la lehendakaritza, que Sánchez conserva la Moncloa, pero no es menos cierto que Bildu ha empatado con el PNV.

¿Por qué? No soy sociólogo, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Más allá de sesudos análisis de población, provinciales, creo que dos claves resumen el porqué de las cosas en el País Vasco.

Por un lado, el voto joven, que no sabe qué fue ETA, un voto no tan joven que sí lo sabe, pero que no les importa el dolor de las víctimas, ni las consecuencias de los secuestros, las amputaciones, ni los huérfanos. Ni lo saben, ni quieren saberlo, ni se lo han enseñado.

Y, por otro lado, el blanqueamiento de ese mundo heredero de ETA, y en ese sentido, el regalo de Sánchez a Otegi con la alcaldía de Pamplona, y previamente el pacto de gobierno en Navarra. En todo este embrollo de la política española, 'made in Pedro Sánchez', y de la política vasca, el capítulo 'Navarra' se me antoja fundamental.

Resumiendo: Sánchez en la Moncloa, Falcon para arriba y para abajo, el PNV con su lehendakari, y Bildu en Navarra, y así todos contentos. Tengo la impresión de que, como siempre, simplificamos demasiado los titulares y en las conclusiones en caliente.

Cuando rascas un poco y te planteas el futuro próximo, descubres que hoy el Gobierno de Sánchez es más débil que hace una semana. Porque Bildu y el PNV lo saben, como lo saben Puigdemont y ERC. A esa debilidad se añade la necesidad de permanecer en la Moncloa, como sea, cediendo y vendiendo lo que sea preciso.

Se trata de combinar la debilidad, aunque disimulen, y la necesidad manifiesta. Y mi posdata, ¿cómo casa la enorme mayoría nacionalista o independentista en el parlamento vasco con el escaso apoyo al independentismo que dicen las encuestas? Las respuestas, como se lo escuché a Herrera tiempo atrás, se trata de vivir del independentismo, pero nunca de la independencia. No vaya a ser que se nos acabe el chollo.