Un camarero de Huelva salva a su mejor amigo y, tiempo después, se topa con una coincidencia en el trabajo
Iván tiene 22 años, trabaja desde los 18 en el salón de juego de su familia en la ciudad de Cartaya, en la provincia de Huelva
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La historia de Iván deja en evidencia la importancia de saber cómo hacer un RCP. Iván tiene 22 años, trabaja desde los 18 en el salón de juego de su familia en la ciudad de Cartaya, en la provincia de Huelva. A él le quedaban tan solo cinco minutos para terminar su turno. Iván permanecía detrás de la barra del bar del local cuando un cliente accedió al mismo. No tomó nada y pasó directamente a las máquinas. No obstante, y cuando estaba ya a punto de irse, vio por las cámaras que algo no iba bien con ese cliente. El hombre se desvaneció.
Es posible que muchos no sepan qué hacer en este tipo de situaciones, presa de los nervios. No fue así el caso de Iván. "Me di cuenta de que se había desplomado", ha relatado en 'La Linterna'. "Salí corriendo y llamé a emergencias. Nada más verle morado, le puse de lado en la posición de seguridad para que si vomitara, no se atragantara", ha contado. "Mientras me cogieron el teléfono los de emergencias, estuve con él. Empecé a hablar con el 112 y me dijeron que empezara a hacer la RCP y ahí estuve durante cinco o seis minutos".
Una extraña coincidencia
La intervención de Iván fue clave. Durante más de una hora, los sanitarios trabajaron para reanimar al cliente. Cuando le estabilizaron, le llevaron al hospital. Allí permanece todavía en la Unidad de Cuidados Intensivos "bastante grave". Eso sí, sin su intervención, no habrían podido hacer nada por él. "Al día siguiente me llamó la mujer. El hombre habría muerto allí", ha continuado Iván. El hombre se recupera de una hipoxia cerebral. Es decir, falta de oxígeno en el cerebro. El hombre supo qué hacer exactamente porque ya tenía nociones de primeros auxilios gracias a un curso que hizo años antes. Y no solo eso, ya tuvo que enfrentarse a una experiencia muy similar, cuando tuvo que socorrer a un amigo. En esta ocasión, le pudieron los nervios.
"Se desplomó. Aquel día sí perdí los nervios. No llamé a nadie. Se había tragado la lengua y tuve que meterle la mano en la boca sin saber qué tenía que hacer porque aquello era superpeligroso. Si pasa algo así, intento calmarme y llamar a emergencias", ha asegurado.
Ante una situación semejante, las pautas son sencillas e importantísimas: llamar a emergencias y practicar una RCP. Es bastante sencillo: tan solo deberás presionar con las manos sobre el pecho del afectado, y con los brazos extendidos déjate caer una y otra vez hasta que llegue la ayuda sanitaria. En estas horas... Iván está siendo el centro de atención... pero quiere volver a su rutina lo antes posible. Pese a todo, no podemos olvidar que realmente Iván ha salvado la vida a un hombre. Ahora solo quiere que se recupere, que pronto salga de la UCI para poder volver al bar y darle un buen abrazo.