Energía solar, la alternativa más elegida en España en 2022: ¿cuáles son los pros y los contras de su uso?
Analizamos con dos expertos los beneficios y las consecuencias que puede tener la instalación de este tipo de energía en nuestro país
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La crisis energética que nos dejó 2022 y que continúa en este comienzo de 2023, a pesar de períodos más benévolos en el precio de la electricidad como el que hemos vivido esta semana, ha provocado muchos cambios. Y uno de ellos es el boom de proyectos de energías renovables. Nunca antes se habían planteado tantos parques solares como el pasado año.
¿Van a salir todos adelante?
Está claro que no, pero está generando un importante debate y también un colapso en la administración, que está levantando las condiciones de estas plantas fotovoltaicas. Aquí, como en casi todo, encontramos opiniones a favor y en contra. Los que defienden que es una alternativa urgente y necesaria, y los que se plantan porque nos estamos cargando no solo el paisaje de nuestros pueblos, sino una parte importante de la agricultura y, por tanto, de la vida del medio rural amenazado por la despoblación.
De hecho, España ha cerrado el año 2022 como el segundo país europeo que más ha recurrido a la energía solar, solo por detrás de Alemania. En nuestro país, la energía fotovoltaica, supone la cuarta tecnología de generación, según Red Eléctrica. Esto es un 10% de la producción eléctrica total. Para que nos hagamos una idea de cómo está creciendo este sector. En 2021, nuestro país cerró el año con más de 62.400 parques fotovoltaicos. Castilla La Mancha lidera este ranking con casi una quinta parte de todas estas instalaciones en su territorio. Lo que se traduce en más de 11.600.
Héctor Castellanos, dueño de una planta de cogeneración de biomasa, está en pleno proyecto para crear un parque fotovoltaico y asegura que es un gran negocio para nuestro país: “Tenemos agua, viento y sol. Podemos fabricar energía eléctrica con poca huella y venderla. Es un negocio”, asegura Héctor.
Esta tendencia creciente de instalación de placas, que reducen hasta 20.000 toneladas las emisiones de gases de efecto invernadero, no se ha detenido desde 2019, cuando se derogó el llamado impuesto al sol, y con las ayudas para fomentar su instalación por parte de las administraciones públicas. Héctor cree que la energía fotovoltaica puede ser una gran oportunidad para España, a nivel europeo.
Héctor, ahora mismo, está en los “primeros pasos” necesarios para poder instalar estas placas y ponerlas en funcionamiento. Tienen que completarse una serie de requisitos y muchos papeleos, está claro.
De hecho, la Unión Española Fotovoltaica estima que el 70% de las instalaciones que cuentan con permiso, no llegan a término por no superar el resto de fases, ya que el desarrollo de estas plantas no puede impactar negativamente en la zona. Por lo que se pueden descartar propuestas, por ejemplo, que se vayan a desarrollar en zonas con especies protegidas o parques naturales, o en las que se tenga que remover terreno, usar pesticidas, talar o que comprometan un área de interés turístico.
Lo cierto es que las limitaciones energéticas provocadas por la guerra de Ucrania, están empujando a que 2023 sea el año definitivo de las energías renovables, pero también con menos “trabas” a la hora de gestionar todos esos pasos que cuenta Héctor. El Gobierno, de hecho, ha abierto una “vía rápida” para “desatascar” la instalación de parques eólicos y fotovoltaicos, que estará vigente durante dos años. Ciertas entidades creen que puede servir para aprobar megaparques, pero que esto conllevará un fuerte rechazo social, y que además puede perjudicar gravemente el medio ambiente.
En este punto se sitúa ALIENTE, que es la Alianza Energía y Territorio formada por decenas de organizaciones que apuestan por una transición energética justa. Luis Bolonio es uno de los portavoces de ALIENTE y cree, que las esferas políticas “están aprovechando el momento de incertidumbre que estamos viviendo, en detrimento de la biodiversidad de España, del territorio y también de sus gentes”. Por eso, ALIENTE denuncia que a los habitantes de los pueblos no se les informa, no se les detalla las consecuencias que tiene llenar nuestros campos de estos parques. Hay voces críticas con el hecho de hacer negocio con este tipo de energía, mientras otros, como nos contaba Héctor, ven en el potencial del país una oportunidad de mejorar nuestra economía y de reducir la contaminación.
Los expertos energéticos suelen coincidir en que la energía solar es una buena opción, pero el problema lo encontramos en las formas, en cómo se están autorizando estas plantas. El año 2030 será clave. De momento hemos empezado con la misma incertidumbre energética con la que acabamos 2022, más aún si miramos a Ucrania, donde están a punto de cumplir un año de la invasión rusa.