Los trastornos alimentarios han aumentado un 264% desde la pandemia: ¿por qué lo sufren más los jóvenes?

Los TCA aumentaron tras el 2020 y actualmente más de 400.000 españoles padecen esta enfermedad mental, con el mayor índice de mortalidad

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Seguro que alguna vez te has mirado al espejo y no te ha gustado lo que has visto reflejado... Todos hemos querido vernos mejor en algún momento de nuestra vida, la báscula nos ha dado algún disgusto, o esos pantalones que tanto nos gustaban, ya no suben del todo... Sobre todo después de los atracones navideños.... y claro, lo primero que pensamos es en comenzar a hacer deporte, cuidar nuestra alimentación o abandonar el sedentarismo que nos une al sofá... Pues todo podría comenzar así: con ese intento de estar mejor. Los trastornos alimentarios pueden nacer, en muchas ocasiones, de esa dieta que te impones o de esa actividad física desmedida por conseguir bajar unos cuantos kilos... en definitiva, una serie de convicciones que “se disfrazan” de saludables, cuando lo que realmente son, es destructivas.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que, dejar de comer es tan solo la punta de un iceberg. Antes de llegar a esa situación nos encontramos con otros síntomas, como el sufrimiento por no aceptarse físicamente, el control de las comidas, o el ejercicio físico descontrolado. Todos ellos nos llevan hasta una persona con TCA. Una enfermedad que actualmente padece el 4% de la población de nuestro país y que se ceba especialmente con mujeres de entre 12 y 21 años, como es el caso de Alba. “Tu principal enemigo es la comida y la comida es algo imprescindible en ti. Por eso se hace mucho más difícil salir de esto”.

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¿Cómo ha afectado la pandemia?

A día de hoy, esta historia les resultará familiar a las más de 400.000 personas que padecen un TCA en España. Un número que, tras el confinamiento en casa, ha aumentado un 264%. La pandemia fue, sin duda, la excusa perfecta para que los jóvenes dedicasen más tiempo a las redes sociales, que han sido el caldo de cultivo perfecto donde se han unido la búsqueda de aprobación social, el sentirse comprendido, cumplir con los estándares de belleza y éxito, o incluso aceptar los típicos cambios físicos de la adolescencia... todo ello, según Andrea Barrios, doctora en psicología y experta en trastornos de la alimentación, ha aumentado el número de casos. También fue el caso de Carolina, que después de imponerse un control sobre su alimentación durante la pandemia, la temporada de verano acabó siendo decisiva para desarrollar definitivamente su anorexia nerviosa. “Iba a la piscina y allí comenzaron las comparaciones. Los cuerpos eran más bonitos que yo, eran más guapas que yo, más atractivas que yo, más delgadas que yo... Todo lo que tenían ellas era mejor que yo”.

Las restricciones que se imponen a sí mismos, a su parecer, son incluso positivas para su bienestar físico y emocional. Sin embargo, son todo lo contrario. Poco a poco su salud se va deteriorando e incluso pueden llegar a poner en riesgo sus vidas. De hecho, una vez que son conscientes de la enfermedad que padecen, -que no es sencillo- la dificultad reside en cómo frenar esas conductas que llevan a cabo en el día a día.

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Más gente, más jóvenes y un riesgo mayor

De hecho, según los datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, el 70% de los adolescentes no se siente a gusto con su cuerpo y aseguran que serían más felices con menos kilos o una morfología distinta a la suya... Pero ¿Qué hay detrás de trastornos como la bulimia, la anorexia, la vigorexia y los múltiples tipos de TCA que existen a día de hoy? Según la psicóloga Andrea Barrios es “la enfermedad mental que más muertes causa en adolescentes y la que mayor índice de mortalidad tiene, que el 20% de los pacientes tendrán intentos de suicidio y que 5 de cada 1000 morirán a causas físicas”.

Cómo ayudar

Y precisamente ahora, junto con el verano, nos encontramos ante una de las fechas críticas para las personas que padecen estas enfermedades. La Navidad es sinónimo de reuniones familiares y de amigos y, con ellas, las comidas, cenas y meriendas tradicionales que nos acompañan a lo largo de estas fiestas... Y es que, lejos del sentimiento de celebración, este tipo de eventos generan una gran ansiedad y estrés en personas como Alba y Carolina.

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Sin embargo, lejos de los clásicos comentarios en la mesa acerca del estado físico, las dietas para quemar todo lo que se ha ganado en Navidades o las insistencias en la comida que, por cierto, no ayudan en absoluto a quien padece un TCA, hay, según Andrea Barrios, una serie de recomendaciones de cara al comportamiento en la mesa, no solo en Navidades, sino de ahora en adelante. “No se habla de la comida, ni de los cuerpos de nadie. Cuando hay personas en riesgo de padecerlo hace que esa persona tenga la necesidad de tener el control de todos los factores, porque eso es lo que busca la sociedad y lo que va a validarlos a nivel emocional”. Este 2023 seguiremos escuchando hablar de este tipo de trastornos. Sin embargo, a pesar de todos los problemas que genera y de las dificultades que supone padecer este tipo de enfermedades... es posible salir. Con ayuda profesional y apoyo del entorno, los pacientes consiguen la reconciliación con su alimentación y logran vivirla como un aspecto más de su vida.