Ángel Correas: La tragedia es de tal magnitud que vemos positivo contabilizar 510 muertos

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El año pasado, en el domingo de Pascua seguramente tuvimos el foco informativo puesto en las carreteras españolas con millones de desplazamientos. En este domingo de 2020 hay poco que ver en las carreteras y muy poco que ver en las calles de España.

Ha sido una Semana Santa en la que, más que nunca, ha adquirido sentido eso de que “la procesión va por dentro”.

A partir de mañana, primer día laborable tras este periodo, un buen número de trabajadores de este país volverán a su lugar de trabajo. Son aquellos empleados de las llamadas actividades no esenciales y que necesitan acudir físicamente a su puesto laboral, en la obra o en una industria no esencial.

Esta Semana Santa, más que nunca, tiene sentido decir que la procesión va por dentro

Todos ellos llevan en casa desde el pasado 29 de marzo con la condición de permiso remunerado. Es decir, recibirán el sueldo de estos días en sus domicilios pero cuando pase toda crisis tendrán que devolver las horas. Un parón que se ha denominado de hibernación de la economía.

El Gobierno autoriza la vuelta a la actividad de estos trabajos no esenciales pero advierte que no se trata de levantar las medidas de confinamiento. Seguiremos como estamos, al menos, hasta el 26 de abril y probablemente, más allá. Quedamos avisados.

El Gobierno ha tomado la decisión de levantar las restricciones a las actividades no esenciales sin contar con el comité de expertos científicos y de hecho el presidente Pedro Sánchez se lo comunicó ayer a este comité, cuando ya era una decisión anunciada.

Que el Gobierno no consulte ya es lo habitual más que una excepción. No ha consultado esta decisión con los expertos como no consulta con la oposición. Al PP o a Ciudadanos no les ha llamado ni para gastar una broma pero luego se apela a reeditar los Pactos de la Moncloa.

Al PP o a Ciudadanos no les ha llamado pero luego se apela a reeditar los Pactos de la Moncloa

Por lo pronto Sanidad ha publicado una guía de buenas prácticas entre las que recomienda, por ejemplo, mantener la distancia de seguridad, lavarse las manos con frecuencia e ir andando a trabajar o en transporte privado. Si hay que usar el transporte público hay que guardar distancia entre viajeros. De echo las directrices del ministerio de Interior regulan que sean los vigilantes de seguridad privada los encargados de velar por esa distancia mínima en coordinación con la Policía Nacional.

La policía precisamente reforzará controles para comprobar que quienes salen a la calle lo hagan realmente para trabajar, así que conviene tener justificante encima.

Serán precisamente los trabajadores que utilicen el transporte público quienes reciban los 10 millones de mascarillas que el Gobierno calcula van a repartir, ahora, en puntos centrales como intercambiadores, estaciones de cercanías o grandes estaciones de metro y autobús.

Un mes después de iniciarse el estado de alarma llegan las mascarillas. Hace un mes no eran consideradas como un elemento útil y ahora se reparten de forma masiva. Su uso es recomendable pero no obligatorio.

España sigue aguantando para frenar el avance del coronavirus y al menos el último dato es alentador dentro del drama que supone.

El número de fallecidos, oficial, aumentó ayer en 510 personas, cifra tremenda pero con todo es el dato más bajo de los últimos 20 días. También sigue contenido el número de contagios. Han aumentado en 4.830 personas y siguen descendiendo los ingresos en las UCIS.

Es paradójico. La tragedia es de tal magnitud que vemos positivo contabilizar 510 muertos en las ultimas horas y lo vemos positivo porque certifica que el virus ha perdido fuerza.