La foto de Fernando de Haro: "Por esa rendija se asoma una niña"
La foto del día de Fernando de Haro.
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La foto de hoy es algo oscura. A izquierda y derecha los tablones de una valla, de un muro o de una tapia, no se ve bien. Y en medio una abertura estrecha por la que entra la luz. Por esa rendija se asoma una niña. Una niña rubia con un chubasquero de un rosa pálido. La niña se ha puesto la capucha y se ha subido la cremallera hasta el cuello. La niña tiene la nariz grande, ojeras y el gesto serio. Mira con mucha atención, con esa atención en la que no cabe otro pensamiento, otra idea, otro sentimiento que no sea el que provoca lo que se ve. La niña mira con esa atención que es el pórtico de una oración. Su cara es como un espejo, la escena que no vemos se refleja en su seriedad, en su semblante grave. La niña curiosa no ha querido poner freno a su curiosidad, ha dejado que su deseo, su hambre de ver, saber y averiguar galopasen con libertad. Le decían todos sus amigos que al otro lado no había nada, que los rumores, las voces que oía eran apariencias sin sustancia, ecos de voces inexistentes. Le decía su hermano que sus oídos, su imaginación, sus fantasías le engañaban. No tenia sentido mirar al otro lado, seguir la conmoción del aire herido. Nada es nada. Y lo que parece es engaño, falsedad. Detrás del llanto y de las canciones no hay nada de nada. Le decían. Todos le decían lo mismo. Pero la niña sabía que el aire no miente, que los ojos y los oídos no mienten. Y ahí está asomada por la rendija.