¿Por qué teme el régimen de Nicaragua a los católicos?: "Es una persecución constante"

El padre William, sacerdote expulsado de Nicaragua, ha contado en 'La Tarde' cómo está la situación en el país para los católicos que sufren la persecución del régimen

Laura Castillo

Publicado el - Actualizado

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Nicaragua es conocido, desde hace unos años, por ser una dictadura. El régimen de los Ortega reprime las libertades de los nicaragüenses, y en particular está la religiosa. Esto lo convierte en un país muy peligroso para los católicos, para los sacerdotes y los obispos.

En las últimas horas, hemos conocido la noticia de que el régimen ha desterrado a 19 religiosos que se encontraban presos, entre ellos están los obispos Rolando Álvarez e Isidoro Mora. Todos han sido expulsados del país y ahora se encuentran en El Vaticano.

El padre William Mora Vega es un sacerdote nicaragüense que ahora vive en Pontevedra, en Galicia, porque tras viajar a Lisboa para acudir a la JMJ, no le permitieron regresar a su país. El padre William ha contado este lunes en ‘La Tarde’ que en la frontera de Costa Rica con Nicaragua, preguntó por qué se le impedía acceder a su “propia tierra” y la única explicación que le dieron fue: “Son órdenes”.

"Hay sacerdotes que incluso han sido apresados después de salir de la misa"

El anterior nombrado, Isidoro Mora, es obispo de la diócesis a la que pertenece el padre William. “Lo llevaron a la cárcel y desde ahí, no se supo nada hasta la noticia ahora reciente”. Por otro lado, Rolando Álvarez tuvo la oportunidad de exiliarse a otro país latinoamericano, pero él se negó a salir de Nicaragua.

Pero, ¿por qué le tiene tanto miedo el régimen de Nicaragua a los católicos? Pues según ellos, explica el padre que “la dictadura acusa a la iglesia de querer montar un golpe de estado”. Pero la razón principal de esta persecución es “que está al lado del pueblo, está al lado del que sufre, del pueblo que no tiene derechos, que no tiene libertades. Un pueblo oprimido.”

Antes de acudir a la JMJ, el pastor señala que “ha sido una persecución constante”. A través de “enviados del gobierno” los mantienen bajo vigilancia, incluso afirma que en las misas se podía identificar la presencia de estas personas para saber qué decía el padre William. “Siempre hay enviados que están ahí escuchando, tanto es así que en la parroquia en la que estuve antes, hay sacerdotes que incluso han sido apresados después de salir de la misa”.

Y, sin embargo, no solo esto ha sido un problema, ya que el padre dice que “todas las procesiones están prohibidas”. Esta cantidad de prohibiciones y persecución, en general, ha creado mucho miedo entre los feligreses. “Seguimos pidiendo que ahí haya respeto a la libertad de la gente que no tiene que ser perseguida, y que la gente pueda vivir su fe libremente”.

La iglesia en Nicaragua ha sufrido numerosos actos de hostilidad en contra, algo que afecta a todos los religiosos y feligreses y que los puede llegar a echar para atrás, aunque el sacerdote asegura que “sí tienen miedo, pero la gente está ahí siempre”.

El padre William aún sueña con poder volver a su país, a su parroquia y con sus feligreses. “Tengo miedo, pero si me permitieran entrar y pudiera entrar yo regreso”.