El pequeño comercio reclama que se graven las transacciones de Wallapop y plataformas similares

Cabe indicar que el intercambio entre particulares nunca se puede fiscalizar y el foco habría que ponerlo sobre la revolución digital

Redacción La Tarde

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En los últimos años, las plataformas digitales, grandes superficies y la venta de segunda mano se han convertido en algunos de los obstáculos del pequeño comercio. La unión de pequeños autónomos está pidiendo que las plataformas de segunda mano, como Wallapop, Mil anuncios o Vinted, entre otras, añadan la grabación del 21% de IVA en los productos que se vendan en las plataformas.

El profesor de economía Fernando Trias de Bes, ha explicado en su sección de 'Economía de Bolsillo' por qué no tienen razón estos comerciantes. En primer lugar, ha explicado que las personas que tienen un comercio y utilizan estas plataformas digitales para comercializar sus productos, “sí que cometerían fraudes”, porque están vendiendo sin tributar sus beneficios. Pero en estos casos tendría que cumplirse que el vendedor desempeñe una actividad comercial de cierto volumen y acumule una serie de ingresos sin tributarlos. Sin embargo, aquellas personas que obtienen algún beneficio sin ser su actividad profesional no cometen ningún fraude.

Pero esto no significa que todas las personas que quieran vender a través de estas plataformas digitales, tengan que tributar. Las plataformas digitales son una herramienta que nos permiten desprendernos con facilidad de objetos de segunda mano.

El comercio online se ha disparado y este se ha convertido en el principal problema de los autónomos. Mucha gente decía "yo nunca compraré por Internet". Sin embargo, durante la pandemia había personas de 80 años que compraban alimentos por internet.

Normalmente, los objetos que se venden en estas aplicaciones no suelen tener un gran valor. El promedio de beneficios en ventas es de 100 euros por vendedor, según Trias de Bes. El problema no está en las aplicaciones de segunda mano, ha asegurado el profesor. Además, ha explicado que cualquier persona que no obtenga más de 6 mil euros anuales en beneficios no tiene que tributar.

El intercambio entre particulares nunca se puede fiscalizar, no tiene sentido fiscal, ha asegurado el experto. Lo que le afecta al pequeño comerciante según Trias de Bes es la revolución digital, ya que permite generar altos volúmenes de comercio, que no se tributan. Los productos de segunda mano, por lo general suelen ser productos de uso común, por lo que no tiene sentido que se incorporen a la base imponible de cualquier IRPF.

Fernando Trias de Bes ha fijado la obsolescencia como el principal problema del pequeño comercio, ya que, si no cambia la programación, cambia la tecnología. Según el experto siempre cambia algo, es la historia de cómo las sociedades se crean y se destruyen, pero hay que adaptarse.