El proyectil hallado en la playa de Sant Sebastià de Barcelona será detonado a 45 metros bajo el mar

El proyectil ha sido neutralizado a una milla náutica sobre la vertical de la playa y a 45 metros de profundidad

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Este mismo lunes, Artificieros de la Armada han detonado la bomba de la Guerra Civil encontrada ayer en la playa de Sant Sebastià de Barcelona, con 70 kilos de trillita altamente volátil, en un dispositivo que se ha llevado a cabo según lo previsto, sin incidentes relevantes.

El proyectil ha sido neutralizado a una milla náutica sobre la vertical de la playa y a 45 metros de profundidad.

La Armada ha trasladado la bomba, hallada ayer a unos 25 metros de la playa, mediante globos de elevación sumergidos en el mar para proceder a su explosión controlada en una zona segura, a una milla de la playa y a 45 metros bajo mar, sin afectar a la red de oleoductos de Barcelona.

El artefacto se denomina bomba catalana y fue fabricado en el año 1936, aunque no se ha podido precisar el año de la Guerra Civil en que fue lanzado.

La Guardia Urbana, ha reabierto las playas de Sant Sebastià y de Sant Miquel en la Barceloneta, que permanecían cerradas al público desde el domingo.

Antonio José Pérez Pinto es Cabo Primero y el guardia civil que encontró el proyectil, pero además, participa en las labores de detonación y hoy, ha hablado para los micrófonos de 'La Tarde':

“Me gusta nadar en playas abiertas, siempre voy a esta playa y esta vez ha sucedido lo imprevisto: en ese momento vi un objeto metálico en el fondo, un objeto que sobresalía unos metros del agua, que se podía confundir perfectamente con las rocas porque estaba en una zona solidificada”.

“Casi cada día he nadado por esa zona. Las mareas a veces dejan objetos en la superficie y con el movimiento del agua pueden quedar más vistosos. Habrá habido alguna mala mar que ha dejado al descubierto lo que era la cabeza del proyectil” ha apuntado.

Afirma que “cualquier persona que no entienda de esto lo puede confundir perfectamente con una roca”, “yo tuve bastantes dudas por la poca visibilidad, tuve que bajar en apnea cuatro o cinco veces hasta descubrir lo que era la zona del proyectil” concluye.