¿Qué va a pasar a partir de 2035 con los coches de gasolina y diésel?

Un físico e investigador del CSIC explica en La Tarde las ventajas e inconvenientes de usar el e-fuel o combustible sintético como alternativa.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El año 2035 es la fecha límite elegida y aprobada por el Parlamento Europeo para que se dejen de vender coches de combustión. Es decir, de gasolina y diésel y poder cumplir así los acuerdos sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, y contra todo pronóstico, en el último momento, Europa ha paralizado, sin fecha, esta prohibición.

¿El motivo? Alemania se opone. Lo curioso es que hace justo 24 horas, en La Tarde analizábamos el nuevo informe del panel de expertos del cambio climático de la ONU que, entre otras cosas, incidía en que “el calentamiento global ya ha causado daños irreversibles” o que “la ventana de oportunidad para asegurar un futuro habitable y sostenible para la humanidad se cierra rápidamente”

Y la realidad es que frenar esos daños pasa por reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera. Acabar con los motores de combustión es una de las claves o, al menos, eso creíamos. Y es que los ciudadanos ya no sabemos qué pensar ni qué coche comprar.

Para intentar solucionarlo, Bruselas está preparando una nueva propuesta que facilite la adhesión de Alemania al acuerdo. Uno de los puntos pasaría por la posibilidad de usar el e-fuel o combustible sintético creando así una nueva categoría pero sin bajarse del objetivo original de no usar ni diésel ni gasolina en 2035.

¿Que es esto del e-fuel? Antonio Turiel, físico e investigador del CSIC nos lo ha aclarado hoy en La Tarde: “Es el que se obtiene a partir de la combinación química entre hidrógeno verde (producido con energía renovable) y CO2. A raíz de esta mezcla se reconstruyen las moléculas de diésel o gasolina y se sintetizan”

Lógicamente, podemos pensar que esta alternativa es más ecológica que la que usamos ahora mismo, pero la realidad es distinta. “Depende de las propiedades que se utilicen y de dónde provenga el CO2, porque si éste proviene de la quema de combustible no sería necesariamente más limpio”, lamenta el físico.

Lo ideal sería extraer ese dióxido de carbono del aire, pero el procedimiento es muy costoso. El investigador del CSIC ha contado en La Tarde la complejidad que tiene este sistema: “Coger CO2 de la atmósfera no es tan sencillo como podemos creer. Además, tengamos en cuenta que tampoco es un gas mayoritario, por lo que su coste aumentaría más del doble de lo que pagamos ahora por el diésel, por ejemplo”

Sabiendo todo esto nos cuesta pensar que sea una alternativa y el físico nos da la razón: “El problema no es tanto el cambio climático como el agotamiento de los recursos y la poca producción de petróleo. Se sabe que se tiene que hacer algo, pero no hay ninguna solución viable actualmente y llegará un momento en el que no tendremos coche porque no habrá manera de mantenerlo

En definitiva, tenemos pocas alternativas sobre qué coche comprarnos. “Si te planteas un coche eléctrico, las prestaciones son más bajas y tienes que ver si te sale a cuenta, tampoco gasolina ni diésel, pero sí es verdad que la dirección hacia la que nos movemos en el futuro es la de no tener coche en propiedad corto plazo”, asegura el investigador.