Un campanero explica los 30 toques que existen: "Las campanas son cultura, nos transmiten un lenguaje"

Tras haberse proclamado Patrimonio de la Humanidad, el toque manual de campanas está reviviendo en muchos puntos de España, gracias a voluntarios y asociaciones

Redacción La Tarde

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El toque manual de campanas español es desde el pasado 30 de noviembre Patrimonio de la Humanidad. Esta tradición, extendida en el país y sostenida actualmente por grupos de voluntarios y vecinos, ha sido incluida por la Unesco en su lista de patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Se trata de todo un arte que merece la pena verlo al menos una vez en la vida.

En la actualidad perviven en España treinta modos diferentes de toque manual de campanas, tal y como ha contado en 'La Tarde' Antonio Ballesteros, presidente de la Asociación Cultural de Campaneros de Zamora. Antonio, que también es campanero en la Iglesia de San Juan, en Zamora, ha destacado uno de los toques más complicados de ejecutar, la molinera. Es un toque de alegría y de fiesta, que solo se realiza en la provincia de Zamora. Según el campanero, es cuestión de "maña y también fuerza, porque hay campanas grandes con badajos bastante grandes. Este toque recomienda mucha práctica y estar constantemente con ello."

Antonio, de 37 años, lleva desde los 3 aprendiendo a tocar las campanas. De pequeño se hacía con cosas más pequeñas para aprender los ritmos: "Cogía dos piedras y tocaba en las porterías del campo, aprendía los ritmos y luego los pasaba a los esquilones de la vacas." Su abuelo era campanero también, por lo que es un oficio que siempre ha estado presente en su familia.

La labor de investigación de los campaneros

Entre los 30 toques diferentes que existen, los hay tanto religiosos como civiles. "Aunque las campanas se encuentran en las iglesias, ermitas o catedrales, no solamente se usan para el tema religioso. Si había un fuego, alguna catástrofe, avisaban de cualquier peligro a la población", indica Antonio. También hay toque para espantar a las tormentas, el toque de tentenublo, o el de la alborada, que se tocaba al amanecer.

"Estamos haciendo una labor muy importante porque hemos recopilado muchos toques que se habían perdido", ha apuntado el campanero zamorano. Desde la Asociación, han ido visitando pueblos de la provincia y los mayores les han contado algunos recuerdos de toques que escuchaban de niños para recogerlos en su inventario de toques de campana.

Sin duda, el toque de campanas es una tradición muy arraigada en Zamora. No solo atrae los mayores, también los jóvenes se sienten atraídos por esta costumbre. Daniel Brime es alumno de la escuela de campaneros que tiene la Asociación. "Desde los 3 años llevo viendo desde abajo cómo se tocan las campanas", cuenta este joven de solo 13 años. Daniel coincide con Antonio en que el toque que más le ha costado aprender es el de fiesta. "Lleva muchísimos ritmos", comenta el joven.

"Las campanas son una cultura, nos transmiten lenguaje. El campanero cuando está tocando las campanas siente lo que está tocando, siente si ha fallecido una persona, siente si es un día festivo o si hay un peligro", admite Antonio Ballesteros.

El próximo 17 de diciembre, la Asociación tendrá un encuentro de fin de año en Morales de Toro, donde los campaneros harán una exhibición de repiques y toques de campana y seguirán enseñando este arte que no parece que vaya a desparecer.