Fernando de Haro: "Los políticos actúan como si estuvieran en un reality show"

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Hay que entender, no solo indignarse. Hay que entender qué ha pasado esta mañana en el Congreso de los Diputados para que la desfachatez, la violencia, la instrumentalización de los políticos que solo piensan en los suyo no nos afecte a todos. Los diputados de ERC Gabriel Rufián y Jordi Salvador han protagonizado esta mañana en el Congreso uno de los más lamentables espectáculos que se han vivido en la sede de la soberanía nacional desde la entrada de Tejero.

Rufián ha tenido que ser expulsado por Ana Pastor, la presidente del Congreso, después de haber llamado fascista al ministro Borrell y después de haber montado - ya estamos hasta las narices - el enésimo númerito. Como ya sabes a estas alturas, los diputados de ERC han abandonado el hemiciclo y Jordi Soler ha hecho ademán de escupirle a Borrell. Como en una reyerta del peor de los barrios, del peor de los tuburios.

Hay que comprender, no sólo indignarse, para ponerse a salvo de esta ola de suciedad. ¿Que lleva a alguien a llamar fascista y a escupir a un ministro, a un vecino, a un transeúnte? Si no lo entendemos, los políticos nos acabarán contaminando. Para hacerlo, el ministro, el vecino o el transeúnte no existe para nosotros. Esto no es un problema de política, más allá de ello. Para hacer ademán de escupir el otro tiene que haber desaparecido. El otro se ha convertido en una cosa, en el enemigo. Alguien que no merece respeto. 

Los políticos nos han enseñado hoy el origen de la violencia que todos debemos combatir: la primacía absoluta de la ideología. No hay límites cuando por razones ideológicas alimentamos el resentimiento.  Esta es la contaminación que sale hoy del Congreso de los Diputados y que pretende invadir la sociedad. No vamos a contaminarnos con esta forma de hacer las cosas. Delante tendremos delante de personas, piensen igual o diferente a nosotros. Los políticos actúan como si estuvieran en un reality show, y al final acabamos imitándolos. Hoy es el día para una revolución silenciosa. La de los ciudadanos que dicen hasta aquí: os dejaremos de votar y no os tendremos como referencia de nada. 

Mi abrazo al ministro Borrell y también a Ana Pastor, que ha dicho hoy las únicas cosas sensatas que se han escuchado en el Congreso hoy.