Carlos Luna: "En cada época la Iglesia ha evangelizado de una manera"

El autor de 'Fundamentos de Márketing Religioso' ha estado en 'Mediodía COPE' con Pilar García Muñiz

Redacción Religión

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El márketing es todo el conjunto de prácticas y técnicas que se usan para aumentar las ventas y mejorar la imagen de la marca. Un término que no debe confundirse con "publicidad", que no es más que una parte del márketing. En el ámbito religioso, este concepto también tiene cabida según el laico dominico Carlos Luna Calvo, autor del libro 'Fundamentos de marketing religioso".

"La combinación de estas dos palabras generan al principio un poco de rechazo", ha reconocido el autor en 'Mediodía COPE' a Pilar García Muñiz. "Si lo entendemos como una estrategia para aumentar la cuota de bautizados, evidentemente, esto no tiene nada que ver; pero si lo entendemos como si lo entendemos como una estrategia para entender una necesidad de trascendencia, quizás sí tenga mucho que ver".

"No sé si la Iglesia ha hecho mal en las últimas décadas en cuanto a su marketing, pero sí es cierto que en cada tiempo hemos intentado predicar de una forma", ha dicho Carlos Luna. "En la actualidad tenemos que intentar salir de la variable comunicación-publicidad. En la Iglesia hemos relexionado mucho tiempo sobre cómo comunicar y siempre son variaciones en torno a una misma disciplina: la comunicación. Con el márketing podemos intentar generar con otras vías, más allá de la comunicación, generar otros productos y otros contenidos".

"La verdad es que cuando intentamos llegar a los jóvenes intentamos pensar en qué canales tenemos que aparecer, pero yo creo que esa no es la clave", ha puntualizado Carlos Luna en COPE. "La pregunta debería ser qué voy a ofrecer, cuál es mi producto, y luego ya veremos cuál es el canal. Primero hay que darle más creatividad y pensar nuevos producos que puedan consumir los jóvenes"

Más allá de los jóvenes, Luna cree que hay que hablar de una "nueva seducción" más que de una nueva evangelización: "al público hay que seducirlo con lo que le motiva, con lo que le preocupa, con qué le mueve o qué le pone de los nervios de la Iglesia. Y a partir de ahí seducirlo".