Recuperado gracias a las Hijas de la Caridad: "Llegó un momento en el que me drogaba en cualquier lado"

Julio es una de las 4 millones de personas a las que ayuda la Iglesia a través de sus casi 9.000 centros asistenciales en España

Manu Torralba

Publicado el - Actualizado

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En los casi 8.900 centros asistenciales que tiene la Iglesia en España se pudo ayudar a 4 millones de personas en 2021. Uno de ellos es Julio, un joven manchego de 26 años adicto a la cocaína. Lleva 11 meses como residente en el Hogar Zoe de las Hijas de la Caridad en Toledo. Allí, junto con otros 11 compañeros de entre 18 y 35 años, recibe un tratamiento personalizado durante un año para recuperarse de su adición. Testimonios como el suyo nos ayudan a entender la capacidad que tiene el ser humano de dar un giro completo a su vida.

Cuando mejor le iba, compaginaba dos empleos: de lunes a viernes trabajaba en una planta de procesado de almendras y los fines de semana, en el equipo de seguridad de una discoteca cerca de su casa. Pero todo aquello acabó cuando las adicciones aparecieron en su vida, porque Julio comenzó a vivir por y para la droga, una adicción que le robó a todos los quería y todo lo que le importaba.

"Llegó un momento en el que me drogaba en cualquier lado". Un día Julio decidió ponerle fin a la pesadilla que estaba viviendo y acercarse a un centro de atención a drogodependientes. Lo primero que tuvo que hacer fue hablar con su jefe y explicarle que tenía que dejar su trabajo durante un años porque era la única manera de recuperarse de su problema. Él, no solo lo entendió, sino que además le dio todo su apoyo. Desde entonces, Julio está en el Hogar Zoe, una casa que tienen las Hijas de la Caridad en Toledo. Allí vive desde hace 11 meses con otros 11 compañeros con adicciones. Allí tienen una rutina, les enseñan a ser disciplinados y reciben un tratamiento integral y personalizado durante un año.

Julio volverá a casa en menos de un mes y es consciente de cuánto ha cambiado su vida en este tiempo: su aspecto físico ha mejorado, ha ganado 20 kilos y, lo más importante, ha recuperado la ilusión por sus hobbies, el flamenco y la lectura. El libro que está leyendo ahora es la Biblia, que le ha ayudado mucho para hacer planes para el futuro.

Julio es una de los 4 millones de personas a los que ayuda la Iglesia cada año a través de sus centros asistenciales. En su caso, es uno de los 12 jóvenes de entre 18 y 35 años que residen el Hogar que tienen las Hijas de la Caridad en Toledo, el Hogar Zoe. Allí trabaja Rebeca López, que es educadora social y la responsable técnico del centro. Ella y las otras tres Hijas de la Caridad que regentan el Hogar Zoe en Toledo pueden llevar a cabo esta atención gracias a la ayuda que reciben de más de 30 voluntarios y profesionales.