Uno de los bomberos que ayudó en el rescate de Julen: "Trabajamos a contrarreloj y con mucha emoción"

El caso de un niño en Marruecos que ha caído a un pozo ha recordado la terrible historia del pequeño Julen. Uno de los héroes que ayudó en su rescate cuenta su experiencia en COPE

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Marruecos se encuentra desde el pasado martes en vilo por el rescate de Rayan, el niño de cinco años atrapado en un pozo a más de treinta metros de profundidad. Los equipos de rescate marroquíes están trabajando a contrarreloj para poder sacarlo a la superficie. Para llegar hasta él, han logrado hacer un túnel paralelo. El pequeño lleva más de 48 horas en una cavidad de 20 centímetros de diámetro.

Rayan cayó el pasado martes al interior de un pozo de 32 metros de profundidad y 45 centímetros de ancho cercano a su vivienda en el poblado de Ighran, situado a unos 70 kilómetros de la ciudad norteña de Chauen.

Lo que está pasando ahora en Marruecos nos resulta, por desgracia, muy familiar. Sólo que con otro nombre y otras circunstancias. El 13 de enero del 2019, un niño de dos años llamado Julen se precipitó por un pozo de prospección en la localidad de Totalán, Málaga. Estaba a 71 metros de profundidad en un hueco de 25 centímetros de diámetro. Profesionales de toda España se trasladaron a la zona pero no fue fácil. La situación del terreno dificultó con creces la operación.

El 26 de enero, 13 días después de la caía de Julen y con España en vilo, llegaba la triste noticia que ya todos sabíamos pero que no queríamos aceptar. Los bomberos sacaron el cadáver del pequeño. En medio de la tragedia, se encontraba Julián Moreno Ruiz, cabo de bomberos del consorcio de Málaga. Él fue uno de los héroes que trabajaron día y noche para sacar a Julen con vida de aquel agujero.

"Fueron trece días muy angustiosos, pero no perdimos la esperanza en ningún momento", ha rememorado Julián en una entrevista este viernes en "Mediodía COPE". El bombero admite que estuvieron trabajando "a contrarreloj" y "con las emociones a flor de piel". "Vimos la emotividad y la grandeza que tenemos muchas veces los humanos cuando colaboramos conjuntamente con un fin común”, confiesa Julián.

La primera dotación que tuvo conocimiento del suceso identificó al principio qué estaba ocurriendo. "Los compañeros trataron de averiguar primero qué había dentro del pozo y en qué circunstancias se encontraba el niño. Pronto vieron que había un tapón y no se localizó al crío, por lo que se activaron más efectivos del consorcio, bomberos de Málaga, Guardia Civil y algunas empresas que querían colaborar con maquinaria y robots. Hubo un despligue desde el minuto uno de operativo de empresas y particulares impresionante", rememora.

La autopsia reveló que Julen falleció el mismo día que cayó al pozo. Julián confía en que la historia del pequeño Rayan tenga un final muy diferente. "Seguro que los equipos de rescate están trabajando de forma incansable por sacar al pequeño lo antes posible con vida y dárselo a sus padres. Mucho ánimo para ellos", ha concluido.