Pilar García Muñiz, después del ataque a la central de Zaporiyia: “Esto ya de quirúrgico tiene poco”

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Noveno día de guerra en Ucrania, con un capítulo inquietante que ha tenido lugar esta madrugada, inquietante porque cuando escuchas la palabra incendio junto a la palabra nuclear te viene directamente Chernóbyl a la cabeza.

Dicen que está todo controlado después del incendio que se ha declarado en la central de Zaporiyia, tras el ataque con misiles y proyectiles de tanques del ejército ruso.

Inmediatamente se disparaban todas las alarmas, se ha llegado a hablar de peligro de amenaza de nuclear pero luego se ha rebajado la tensión al comprobar que lo que ardía era un edificio que se encuentra en el perímetro de la central, pero no donde están los reactores.

Se están midiendo los niveles de radiación y, de momento, están dentro de la normalidad. Es por cierto la central nuclear más grande de Europa y los expertos aseguran que si llegara a explotar las consecuencias podrían ser hasta diez veces peor que lo sucedido en Chernóbyl en 1986.

El objetivo ahora es ahogar a las ciudades que resisten, como Mariúpol, en el sureste que ya está rodeada, y donde los bombardeos son permanentes. Allí ya no tienen tienen ni luz ni agua.

Tras producirse el ataque, el presidente ucraniano que no descansa, se grababa otro vídeo en el que pedía a Europa que reaccione. “Que despierte Europa”, dice Zelenski, “que la central más importante de Europa está ardiendo” y habla de “terrorismo nuclear” por parte de Rusia.

Pues esa central, está ya en manos de las tropas rusas, una central que produce más del 25% de la energía que se consume en toda Ucrania, es esencial para tener algo tan básico como electricidad.

Porque por ahí va la guerra ahora, esto ya de quirúrgico tiene poco. Ya no sólo se atacan edificios militares o de defensa. Ante la resistencia ucraniana, se ha entrado ya en la fase de controlar las infraestructuras críticas, y si los rusos controlan esta central, pues tienen en su mano un arma muy potente, para cortar por ejemplo el suministro eléctrico.

Y esto está pasando además por todo el país donde se están intensificando los ataques contra objetivos civiles, como ha contado en Herrera en COPE, Mikel Ayestarán, el enviado especial de COPE.

El objetivo ahora es ahogar a las ciudades que resisten, como Mariúpol, en el sureste que ya está rodeada, y donde los bombardeos son permanentes. Allí ya no tienen tienen ni luz ni agua.

Mientras Ucrania ha lanzado una ofensiva para intentar recupera la ciudad de Jersón, la primera gran ciudad que cae en manos de Rusia y que es fundamental para los intereses de Putin porque facilita la entrada a Odessa donde está el principal puerto del país. En esa zona Moscú estaría preparando un desembarco anfibio, una operación que es muy compleja.

Si los rusos toman también Odessa dejarían a Ucrania sin salida al Mar Negro. Esto, sumado a que el resto del sur del país está ya bajo control ruso, o muy cerca de estarlo, supondría un enorme golpe para los ucranianos que perderían todos sus accesos marítimos, claves en las exportaciones de sus materias primas.