Pilar García Muñiz: "Sánchez encara nuevo mandato y Puigdemont volverá por la puerta grande"

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No ha habido sorpresas. Pedro Sánchez encara un nuevo mandato con 179 votos a favor, tres más de los que necesitaba para lograr la mayoría absoluta. Además, de la bancada socialista, Sumar, ERC, Bildu, BNG, Coalición Canaria y Junts han apoyado a Sánchez, tal y como habían sellado en sus pactos.

El Frankenstein ha revivido a las 13:14 minutos de la tarde y, ahora, superada la investidura toca hablar de plazos.

Lo primero que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, le comunique en persona al Rey que Pedro Sánchez ha salido investido, para que sea nombrado formalmente presidente del Gobierno.

Mañana aparecerá ese nombramiento en el BOE y, a continuación, Pedro Sánchez tomará posesión y jurará o prometerá la Constitución, que, por cierto, en su artículo 14 recoge eso de que “todos los españoles son iguales ante la ley”, aunque con la amnistía que han pactado, eso en concreto no quede del todo claro.

Había prisa

Precisamente con esa proposición de ley de amnistía llega el segundo plazo. El texto se va a tramitar por la vía de urgencia, es decir, en la mitad de tiempo que cualquier otro trámite en el Congreso. Ahora sí hay prisa.

Una de las claves está en el Senado donde el PP ha modificado el reglamento (aprovechando su mayoría), para intentar dilatar los tiempos y, ahora, el plazo para tramitar la amnistía en la Cámara Alta se puede extender hasta los dos meses.

Es decir, casi con toda seguridad, si al PP le funciona el cambio, nos comeremos las uvas antes de que se apruebe la norma que podría entrar en vigor a principios de 2024.

Cuando eso pase, llegará el tiempo de Carles Puigdemont, un nombre que, por cierto, Sánchez no ha querido ni pronunciar durante este debate de investidura y eso que ha sido el auténtico artífice.

¿Qué pasará con él, con Puigdemont?

Pues el texto de la ley de amnistía fija un plazo máximo de dos meses para su aplicación, es decir, que en primavera podríamos tener al fugado con las maletas listas para entrar por la puerta grande.

Después de amagar y de tensar la cuerda unas cuantas veces, Puigdemont, Junts, han conseguido lo primero que querían: el borrón y cuenta nueva.

Ni referéndum ilegal, ni violencia callejera, ni declaración unilateral de independencia. Nada. Todos los implicados en el procés van a tener un expediente inmaculado una vez entre en vigor la polémica ley de amnistía.

Y Sánchez también ha conseguido lo único que quería: otros 4 años en La Moncloa.

"No juegue a tentar la suerte"

Eso sí, sus socios independentistas no se han cansado de advertirle de que su apoyo no es un cheque en blanco. “Con nosotros no pruebe a tentar la suerte porque no le funcionará”, le advertía la líder de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras.

“No se la juegue”, le decía Gabriel Rufian, de ERC, que ya ha hablado de referéndum. Lo mismo que la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurúa, quien le ha exigido reconocer todas las naciones del Estado español.

¿Cuánto van a tardar en poner sobre la mesa de Sánchez, esas peticiones? ¿Y hasta dónde está dispuesto a llegar el reelegido presidente?

Es probable que con la investidura no se hayan acabado los problemas para Sánchez. Es más, es muy posible que los problemas no hayan hecho más que empezar para Sánchez y, a lo mejor, para todos los demás.