Pilar García Muñiz sobre la sequía "El agua es salud, el agua es vida, pero el agua es también economía”

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Y como la cosa siga así, lo que acabará siendo un producto gourmet es el agua. No es la primera vez que hablamos de los problemas de sequía o de la falta de lluvias pero la novedad es que los embalses, en plena primavera han vuelto a bajar y eso a pesar del deshielo que llega con el final del invierno.

En una semana, los 372 embalses de España han pasado del 51,2 de su capacidad a un 50,7. Hace 5 años, en esta misma semana del año, estaban al 60% y hace 10, al 68%. La situación es especialmente preocupante en las cuencas de Cataluña y la del Guadalquivir, donde están por debajo del 30%. Pretender hablar de la sequía en 3 minutos, es imposible. Y no todo se puede reducir a la falta de precipitaciones. Que no llueva es un problema principal pero no el único. Normalmente hablamos del estado de los embalses porque es lo que visualmente refleja la sequía mejor. Esa imagen de barquitas de recreo que están varadas sobre una tierra seca donde hace no hace más de un par de años llegaba el agua. Esa imagen se está viendo, ahora mismo, en más de un embalse de España.

Pero el problema del agua va más allá de la superficie. Los acuíferos, el agua subterránea, esa que no vemos. Son otra parte importantísima del sistema hídrico en España, Tanto como los ríos o los pantanos. Y esos acuíferos también están perdiendo caudal a marchas forzadas. En los últimos días hemos hablado por ejemplo del acuífero 27 que alimenta Doñana y cómo la sequía ha provocado que se vayan secando la mitad de las lagunas de este parque Nacional. Hoy también conocemos que otro gran Parque Nacional de este país, Las tablas de Daimiel, en Ciudad Real, lleva perdiendo agua del acuifero 23 desde el año 2014. Esto coincide con un periodo de falta de lluvias que apenas se ha interrumpido. Si se saca más agua de la que entra, los acuiferos no se van a recuperar. Uno de los grandes problemas está en la sobre explotación de estos recursos con pozos ilegales y ojo porque se calcula que en España puede haber más de UN MILLON de este tipo de explotaciones sin control. Un millón, y por ahí se escapa mucha agua.

Esta explicación, que parece bastante sencilla, tiene una solución muy compleja. Lo primero porque se depende de factores climáticos y meteorológicos cuyo control no está al alcance de nuestra mano. Y lo segundo porque la escasez de agua no solo se refiere al consumo humano en el ámbito doméstico sino también a los regadíos, a la agricultura, a la ganadería o incluso al uso industrial, y este es una factor que no podemos obviar. Porque el agua es salud, el agua es vida pero el agua es también economía. No se puede abordar una solución dejando a una de las partes fuera, es imposible.