Deshidratación: conoce sus riesgos y cómo se puede prevenir durante la época más calurosa del año
David Barajas, endocrino y coordinador del Grupo de Trabajo de Metabolismo del Agua de la SEEN, ha pasado por 'Poniendo las Calles' para ofrecernos la mejor solución al problema
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Las ganas de verano y de descansar nos ciegan tanto que empezamos a dejar de preocuparnos por algo tan importante como puede ser nuestra salud. Cada año la deshidratación le amarga las vacaciones a más de uno y es que es una de las patologías más peligrosas, sobre todo en los más pequeños.
Si es que ya lo decía mi madre: “Hay que disfrutar de las vacaciones, pero siempre con cabeza y cuidado” porque los cuadros clínicos como la deshidratación están a la vuelta de la esquina. Pero hoy nos acompaña el endocrino y coordinador del Grupo de Trabajo de Metabolismo del Agua de la SEEN, David Barajas, para sacarnos de dudas con respecto este tema.
En primer lugar, el experto ha dado los valores medios que se deberían cumplir todos los días para mantener unos adecuados niveles de hidratación: “Nos vamos siempre a la norma de buscar la referencia de dos litros o de dos litros y medio diarios, pero depende mucho de las características de los individuos. No es lo mismo una persona que pese 120 kilos que una persona que pese 50 kilos, igualmente tampoco es lo mismo que hablemos de hombres o de mujeres. Habitualmente los hombres suelen necesitar un poquito más de aporte hídrico diariamente e igualmente las personas con mayor peso también necesitan un poquito más de aporte hídrico. Pero bueno, si nos queremos quedar con un número, pues entre dos y dos litros y medio al día”.
Y respecto a qué grupos de edad se suelen ver más afectados, David Barajas ha explicado por qué suelen ser los más pequeños de cada casa: “Porque los niños no tienen un acceso de forma al agua de primer lugar. Siempre van a necesitar del aporte hídrico por parte de un adulto, si es un bebé lactante, pues lógicamente va a necesitar que se le ofrezcan más tomas de las habituales en una situación como la que estamos viviendo ahora de temperaturas más altas que aumentan las pérdidas, y luego también influye que los niños no tienen demasiado desarrollado el mecanismo de la sed. Incluso niños de una edad, un poquito más avanzada, de entre cuatro y cinco años, también tienen más riesgo de deshidratarse porque no perciben la sed igual que la percibe un adulto”.
¿Y cómo se puede prevenir y a qué señales de nuestro cuerpo debemos estar atentos para alertarnos del problema?: “Lo que primero es una señal de que podemos estar deshidratándonos es que percibamos que estamos orinando con menos frecuencia de la habitual o que la orina se torna de un tono más oscuro de lo habitual. Eso probablemente sea el primer indicativo, y luego por supuesto el segundo paso es la sed. Tenemos que tener cuidado en esas personas en las que hay limitación para el acceso al agua, bien porque sea una anciana con demencia, bien sean niños, etc., para tratar de adelantarnos y que no se llegue a una situación de deshidratación”.