Se va de Madrid con un trabajo fijo y encuentra la felicidad con un negocio en un pueblo de Huesca: "Trueque"
Nacho es ingeniero agrónomo, siempre le había apasionado el mundo rural y ha construido una familia lejos de la gran ciudad en Valsalada
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Posiblemente, la historia de Nacho sea peculiar, porque hizo una de esas cosas que los demás no nos solemos atrever a hacer. Seguro que en alguna ocasión, pasando el día en un pueblo pequeño, has pensado eso de, ¿y si me quedo a vivir aquí y no vuelvo a la gran ciudad? Pues Nacho lo pensó y lo hizo pasando del dicho al hecho como cuenta en Poniendo las Calles.
Este ingeniero agrónomo tenía un trabajo estable en Madrid y siempre le había apasionado el mundo rural, aunque nunca se había atrevido a dar el paso de escapar de la gran ciudad. Estaba casado. Las cosas iban bien. Pero un día se enamoró de un pueblecito muy pequeño llamado Valsalada. Es un pueblo de la Olla de Huesca, muy cerquita de la localidad de Almodóvar.
"Es un pueblo de 80 habitantes y llevamos viviendo aquí diez años", cuenta en Poniendo las Calles. Has escuchado bien, Nacho lleva viviendo en Valsalada desde 2013. Ese fue el momento en el que se quedó prendado de este pueblo. La tranquilidad con la que allí se vivía. Así que convenció a su mujer y decidieron quedarse.
Compraron una casa, aunque al principio fue sólo un paso intermedio. Vivía con un pie en el pueblo y otro en la gran ciudad. Seguía trabajando como ingeniero agrónomo, pero notaba que cada vez le costaba más. Así que después de varios años a medio camino, apostó al 100% por ese pueblo situado en la llanura oscense.
Se va de Madrid
Apostó por esos 80 vecinos y la sensación de pertenecer a una misma familia. Así que dejó su trabajo de ingeniero. Dejó el caos de Madrid para siempre y optó por la tranquilidad del mundo rural con una idea de negocio muy clara, montar una quesería artesanal: "Poco a poco nos pusimos a adentrarnos en desarrollar el proyecto de la quesería y hace cinco años abrimos".
"No es un camino de rosas, hay que lucharlo y nos han tocado unos años bastante difíciles para arrancar un negocio", señala Nacho en Poniendo las Calles, "pero estamos muy contentos y sobre todo nos sentimos muy realizados de haber sido capaces de poner esto en marcha".
Nacho y su familia montaron la quesería, apostaron por su sueño y, a pesar de que les ha tocado enfrentarse, como contaba, a la pandemia y la inflación derivada de la guerra de Ucrania, están saliendo adelante y las cuentas ya les están empezando a cuadrar. Desde hace un año y medio los números son positivos y miran al futuro con optimismo.
Además, vivir en Valsalada es mucho más barato que hacerlo en Madrid, como te podrás imaginar: "Depende del producto, pero vamos, hay muchos como verduras de temporada que o bien se las compramos a vecinos o incluso en muchos casos hacemos intercambio, hacemos trueques. Los huevos se lo compramos a la vecina de enfrente que tiene unas cuantas gallinas".
Encuentra la felicidad con un negocio en un pueblo de Huesca
"No tiene nada que ver el precio y, desde luego, lo que no tiene nada que ver es la calidad", recalca Nacho. Se fueron a vivir a este pueblecito cuando su primera hija era muy pequeña y una vez allí nació la segunda. Nacho cuenta que aunque no haya muchos niños, poco a poco da la sensación de que esta zona de España en concreto se va llenando.
El teletrabajo abre la puerta a otras muchas familias y, sobre todo, si tienen niños, vivir en el campo es lo mejor. Lo único malo es que el colegio no está en el mismo pueblo, pero muy cerca. Tienen una escuela en la que hay bastantes niños y les han puesto muchas facilidades para que se puedan adaptar bien y estén cómodos.