Manuel Barea: "Ha sido un recorrido revelador para conocer las pequeñas poblaciones con tanto arte de España"

Dicen que todos los caminos llevan a Roma, pero aquí en España es mejor decir que todos los caminos llevan a Santiago. Hay infinidad de posibilidades para poder cumplir la peregrinación y cada una tiene algo de especial. Poder recorrer paraísos peninsulares es un privilegio que no todos saben apreciar. Pero sin duda quien si ha sabido hacerlo es Manuel Barea, filólogo, antropólogo y experto en El hecho Jacobeo. El ya más que experto caminante, se ha decantado por un camino en especial y es tal la pasión, que ha escrito un libro a cerca de él: "El Camino Mozárabe". Se podría decir que es hasta mágico porque el objetivo que tiene marcado es transportar a los lectores a la ruta, y de primera mano puedo afirmar que lo consigue. Pero mejor para aclarar dudas vamos a hablar directamente con él.

Para entender qué condujo a Manuel Barea a escribir este libro, el propio autor ha contado algunas curiosidades del camino que le despertaron el interés necesario para lanzarse a la aventura: “El Camino Mozárabe es parte de Almería y atraviesa Andalucía y la comunidad de Extremadura. Atraviesa ciudades que son patrimonios de la humanidad, como pueden ser por ejemplo Granada, Córdoba y Mérida, que es el final y donde se enlaza con la viña de la plaza que sale de Sevilla hacia Santiago de Compostela. Además, esta ruta o trazado principal tiene dos ramales que conectan con el camino central, que es uno que sale de Málaga, ciudad a costa también mediterránea, y enlaza con el camino principal en Baena, en la provincia de Córdoba. Y hay otro ramal que sale de la ciudad de Jaén y enlaza en el camino principal en Alcaudete. Con lo cual, estamos ante un recorrido andaluz y extremeño por unas ciudades de interior de lo que ahora se habla mucho de la España vaciada, salvando las grandes capitales, pero pasa porque hay marcas muy interesantes como son los desiertos de Almería, las alpujarras almeriense y granadina, las zonas de interior de olivares de Jaén y de Córdoba, el Valle de los Pedroches en Córdoba y todo lo que es la comarca de La Serena extremeña. Yo este camino lo empecé a andar en invierno, y es recomendable esta época del año por la voranza climatológica que tenemos en Andalucía en invierno, en otoño y en primavera, y ha sido un recorrido absolutamente revelador para conocer cuál es la España de interior y esas pequeñas poblaciones tan interesantes con tantísimo arte que tenemos ahí entre grandes capitales. Esa ha sido un poco la aventura que ha dado lugar a este libro”.