TENIS | WIMBLEDON

Rey Carlos de Inglaterra

Alcaraz suma su cuarto Grand Slam y repite triunfo en Londres ante Djokovic (6-2, 6-2 y 7-6). Partidazo del murciano que no dio opción al serbio y recupera el número 1 del mundo.

Alcaraz

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El tenista español Carlos Alcaraz conquistó este domingo su segundo Wimbledon, cuarto 'Grand Slam' para su palmarés con sólo 21 años, después de arrollar en la final de la hierba inglesa al serbio Novak Djokovic, con un espectacular 6-2, 6-2 y 7-6(4). El murciano pasó por encima de un Djokovic que buscaba el récord de 25 'grandes' y un octavo título en Londres que ya le negó Alcaraz el año pasado, entonces a cinco sets.

El español defendió su corona en La Catedral y la añadió a la de Roland Garros hace un mes, más Indian Wells esta campaña y 15 títulos en su palmarés. El de El Palmar, el número uno más joven con 19 años, el más precoz en ganar en todas las superficies del 'Grand Slam', hizo el cuatro de cuatro en 'grandes' finales y agrandó su joven pero ya inmortal leyenda con una exhibición ante Djokovic.

El español voló sobre la pista londinense y aguantó la defensa 'in crescendo' sobre todo en el tercer set de un 'Nole' que salvó tres bolas de campeonato en el 5-4 y 40-0. Alcaraz tuvo que ganar y rematar al serbio en la muerte súbita, no de cualquier manera, sino demostrando que el príncipe ahora es rey.

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Cuarto trofeo del Grand Slam para Carlos Alcaraz. @Wimbledon.

El monstruo de El Palmar

Alcaraz transformó su papel de promesa en el de favorito para esta edición, pero no se esperaba que agregara la etiqueta de monstruo, de devorador de títulos. Porque el español no solo venció a Djokovic, algo que han logrado varios en la historia, consiguió reducirle hasta el mínimo, borrarle de la pista, a propinarle una de las mayores palizas de su carrera. Y lo hizo con una sencillez que asusta a cualquiera que pretenda ser su rival en los próximos años.

Porque Alcaraz, con 21 años, igualó los cuatro Grand Slams de Manolo Santana, se convirtió en el sexto hombre en lograr el doblete Roland Garros-Wimbledon y es el primer español en revalidar el título en la Catedral. Y lo hizo porque ya no es el chaval de melena menuda que se presentó sin nada que perder en este mismo escenario hace un año. Con el paso del tiempo no solo ha cambiado su peinado, también sus nervios, esos que en 2023 le doblegaron durante el primer set de la final, que apenas duró 23 minutos.

Un ciclón llamado Alcaraz

El primer juego de la final de este domingo se alargó catorce minutos. "Se va a solapar con la final de la Eurocopa", pensaban muchos, mientras Alcaraz, como si tuviera prisa por animar a su España, planeaba un desenlace distinto. Alcaraz necesitó de un cuarto de hora y cinco bolas de 'break' para doblar por primera vez la mano del serbio, pero a partir de ahí no frenó.

El español era un espectáculo de dejadas, contradejadas, contraataques y dominio. Djokovic tocaba la pelota muy limpia y era capaz de dirigirla, pero Alcaraz siempre la devolvía fuerte y mejor. Y lo más sorprendente es la calma con la que lo hacía. Con medio partido, 6-2 y 1-0 a favor, el murciano se paseaba por su lado de la pista jugueteando con la pelota y pensando cuál sería el siguiente truco con el que desesperaría al campeón de 24 Grand Slams.

Wimbledon

Carlos Alcaraz es el primer jugador español que revalida el título en Wimbledon. EFE.

Djokovic, mientras se le escapaban los juegos, requería de un estímulo externo para despertar, un grito desde la grada, un enfado al que agarrarse, pero solo podía pagar su rabia contra la red y contra lo que él pensaba que era mala suerte y en realidad era el impoluto juego del español. Con 6-2 y 6-2, miraba al cielo, extenuado, y pidiendo una ayuda divina con la que escapar una vez más.

Djokovic rozó la reacción. En el sexto juego del tercer set, dispuso de su primera bola de rotura desde el primer parcial y Alcaraz, que la salvó con un servicio casi ganador, desactivó cuatro iguales en su momento de más apuro. Alcaraz, se puso 40-0 con su saque, tres puntos de partido. En un festival de golpes a la red y errores, y un inoportuno cántico de un aficionado de "Campeones, campeones", Alcaraz perdió los cinco puntos siguientes.

Se metió en un jardín del que pocos salen, en el que muchos se hunden. El tercer set se fue hasta el 'tie break' y ahí Alcaraz demostró que, pese a los nervios, sigue siendo el mejor. Con 5-4 arriba en el desempate, a dos puntos de la victoria, Alcaraz rompió a Djokovic con una dejada primero y no dejó que los nervios le atenazaran con el quinto punto de partido. El resto al segundo saque se quedó en la red y Alcaraz tiró la raqueta y se giró hacia su banquillo. Es el mejor y ni siquiera Djokovic en Wimbledon puede discutirlo.