Los obispos de Puerto Rico piden poner fin a la violencia en el país: "Redescubrir la misericordia"
Los obispos analizan el aumento de la violencia en el país por factores como la covid-19. No obstante, explican que estos problemas se suman a otros anteriores como la corrupción
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La Conferencia Episcopal de Puerto Rico ha publicado una carta en la que piden poner fin a la violencia existente en el país. En ella denuncian la constante pérdida de vidas humanas y el "trasiego de drogas". Además, explican que la paz "es tarea que concierne a todos".
Los prelados del país caribeño explican que "el creerse superiores o inferiores siempre será caldo de cultivo para la agresión y la violencia", por lo que consideran necesario realizar "un alto el camino para una reconstrucción desde las raíces de nuestro ser".
"Para no responder a la violencia de afuera con una mayor violencia -terminando así en un círculo vicioso siempre destructivo- hay que asegurarse de comprender la violencia que nace de dentro, no sea que estemos respondiendo desde lo mismo que proyectamos", relata la misiva de los obispos, al tiempo que explican que "con frecuencia tratamos a los demás como nos tratamos a nosotros mismos en lo profundo de nuestra conciencia".
Los obispos han analizado los factores que derivan en la violencia creciente en el país, como ha sido la pandemia de la covid-19. No obstante, relatan que estos problemas actuales tan solo se agregan a "lo que ya estaba antes", como el empobrecimiento de la población o la quiebra del gobierno y la corrupción. De este modo, el episcopado puertorriqueño advierte acerca de la posibilidad de que "la misma violencia no sólo sea un resultado de las tensiones acumuladas, sino incluso, en ocasiones, un escape y hasta un distractor de los asuntos que requieren cambios más profundos".
Un llamamiento a la justicia y al perdón
Además, el mensaje realiza un llamamiento para que el gobierno del país y las diferentes instituciones sociales trabajen de forma conjunta, de manera que se mejore la calidad en educación y gestión económica de los recursos con los que cuenta Puerto Rico.
Por otra parte, la Conferencia Episcopal de Puerto Rico explica que "la caridad no es impunidad ni renuncia de los propios derechos (cfr. Fratelli Tutti nn. 241, 252). Todo lo contrario: se trata de enfrentarlos de raíz, en sus verdaderas causas y no solo en sus manifestaciones". No obstante, refieren que "el mal se vence “a fuerza de bien” (Rom 12, 21). Necesitamos un proyecto de país que nos configure como pueblo solidario, comprometido en la reconstrucción o “refundación” de esta patria".
Finalmente, los obispos plantean la necesidad de redefinir la forma de que se respeten las leyes y los derechos fundamentales tomando como base la verdad. En este sentido, explican que "cuando el amor no funciona, el próximo peldaño es resolver las diferencias mediante la ley. Y cuando la ley no funciona, queda la violencia. ¿No será que el auge en la violencia refleja que tampoco las leyes en Puerto Rico se están respetando y aplicando?".
Del mismo modo, condenan las conductas vengativas y exhortan a la población cristiana a perdonar: "Quien se acostumbra a practicar la misericordia se desacostumbra de la violencia, porque va adquiriendo “los mismos sentimientos de Cristo Jesús” (Flp 2, 5) y se prepara para impartir con libertad el perdón". También explican que "no puede llamarse verdadero cristiano la persona que se deja llevar por venganzas".