La palabra de Dios en 2.000 idiomas
Caixafroum Madrid se ha traído bajo el título “La Biblia. Un viaje por las lenguas del mundo” 1.600 ejemplares en casi dos mil idiomas diferentes
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Un mismo libro y 2.000 idiomas nos contemplan desde los anaqueles improvisados y las vitrinas. Fue el impulso de un misionero comboniano en una remota región de Kenia, en Lokori, el que animó Pere Roquet a reunirlas. A los 63 años le preguntó qué iba a hacer cuando se jubilase y al responderle que algo relacionado con la cultura, “el misionero italiano, Franco Moretti, fue a un despachito de al lado, y me trae un ejemplar en turkana, una lengua nilótica oriental que hablan un millón de personas. Es el ejemplar que más aprecio. Así empezó la colección” declaraba a COPE el coleccionista. Ahora, nos encontramos un cómic en japonés, o un DVD con el texto sagrado en lenguaje de signos, pero también está la biblia Septueginta, o la escrita en esparanto.
Muchas en lenguas muy minoritarias o incluso en peligro de extinción. Otras llegadas de zonas remotas con lengua propia de todo el planeta y como no, especiales son las que provienen de países en los que el cristianismo está perseguido. Destaca un ejemplar de color azúl, sin título en la portada, que procede de Corea del Norte. “Corea del Sur con un sistema de globos dotados de un GPS, manda biblias y caen en Corea del Norte. Allí, hay alguien, yo no se quienes son, y me imagino que nadie porque sino les detendría, las recoge y las reparte”, relata. Es un país en el que la religión católica está prohibida.
Sabíamos que la biblia, con seis mil millones de ejemplares publicados, es el libro más editado de la historia. Además es el más traducido: a casi 3.400 de los 7.111 idiomas que hay en el mundo. Espectacular, teniendo en cuenta que más de 3.000 de estas lenguas no tienen escritura.
Roquet persigue ahora tres ejemplares sumamente complicados de conseguir: una versión en lengua china para musulmanes, otra de Togo y otra de Mozanbique, ambas de reciente edición en dialectos de la zona. “Hay dos cosas que me motivaron extraordinariamente para hacer esta colección: como cristiano ecuménico, difundir al máximo la Biblia en el mundo. Ese ha sido el motor de todo esto. El segundo motivo era ceder a Andorra la colección para convertirla de alguna forma en “la capital de la Biblia, como me dijo Monseñor Gálaguer, en 2016, cuando le presenté la colección”, ha contado.