Estas son las imágenes de una iglesia en Brasil vandalizada con amenazas de muerte al sacerdote
La iglesia fue invadida por desconocidos que cometieron sacrilegio y amenazaron de muerte al sacerdote
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Durante la madrugada del miércoles 8 de septiembre, la Iglesia de San Francisco de Asís, en Cruz, Ceará, Brasil, fue invadida por desconocidos que cometieron un sacrilegio, vandalizaron el templo con grafitis de frases maliciosas, satanistas, siglas de facciones criminales y amenazas de muerte al sacerdote.
El sacrilegio, según cuenta la página web de la parroquia, lo descubrió por la mañana el sacristán quien llegó a la parroquia para abrirla a las visitas y encontró el lugar profanado. Según la secretaria parroquial, Roseli Santos, al abrir la iglesia por la mañana, el sacristán se encontró con los grafitis. También según Roseli, la Iglesia se había recientemente pintado y se habían efectuado algunas reparaciones para la fiesta de la parroquia, que se lleva a cabo el 24 de septiembre.
“No hay sospecha de quién hizo el acto. Pintaron con aerosol las paredes con dos firmas de facciones que dominan el estado, algo inusual en actos de vandalismo. En las paredes y en el altar donde se celebra la misa escribieron frases obscenas y maliciosas”, escriben en la página web de la parroquia.
Sacerdote amenazado de muerte
El tweet que compartió las primeras imágenes de la parroquia afirma que “al amanecer del miércoles, la Iglesia Madre de San Francisco de Asís, ciudad de Cruz, interior de Ceará, fue vandalizada y el sacerdote fue amenazado de muerte. Nos unimos en oración por el sacerdote y por toda la comunidad. ¡Alabado sea Dios el enemigo encadenado y bendito el perseguido!”
Los grafitis de las paredes decían frases como “aquí reina el diablo” o “Lucifer”. En el mantel del altar escribieron “El padre va a morir”. También la imagen de San Francisco de Asís fue víctima del sacrilegio.
En la acción, los sospechosos no se llevaron nada, el tabernáculo estaba intacto y la caja fuerte no fue forzada. El padre Tomé da Silva expresó su indignación por el sacrilegio. El cura confesó al medio brasileño G1: “Nuestro deseo es que efectivamente se aclare. Acabábamos de terminar de pintar toda la iglesia y está en la situación en la que se encuentra. Las paredes estaban todas pintadas, las imágenes, incluido el altar con amenazas”.