Alfredo Marcos sobre la inteligencia artificial: “Se está utilizando de una forma contraria al bien común”

Reflexionar sobre la llamada inteligencia artificial, hablar de sus límites y sus riesgos implica también clarificar los términos. Alfredo Marcos, catedrático de Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Valladolid y miembro del comité de expertos del Seminario “Huella Digital: ¿servidumbre o servicio?”, ha reflexionado sobre la inteligencia artificial en un podcast de la Fundación Pablo VI. Expone que se está utilizando “de una forma contraria al bien común y a los llamados intereses generales de los ciudadanos”.

Una buena parte de estos sistemas que manejan datos privados lo hacen en contra de nuestros intereses. Por eso, para el filósofo sería fundamental que las corporaciones que controlan esta tecnología fuesen muchas más en Occidente y que se rompiera el monopolio en China, “porque al estar el poder en tan pocas manos eso contribuye a que nos conviertan los sistemas de inteligencia artificial en súbditos”.

En los últimos años están marcados por un desarrollo exponencial de la tecnología y la urbanización. El concepto de inteligencia artificial está totalmente aceptado en nuestra sociedad y en líneas generales la tendencia es a confiar absolutamente en esto. Marcos indica que “la inteligencia artificial está concentrada en esta sociedad como una realidad tecnológica y una buena parte de las actividades que realizamos están mediadas por inteligencia artificial”.

Peligro de convertirse en servidumbre

“Este tipo de dispositivos están inmersos en nuestra vida y nos ayudan mucho, pero podría acabar constituyendo una servidumbre. En la sociedad interpretamos mal el concepto de inteligencia artificial y creo que hemos empezado por ponerle un mal nombre o quizás por tomarnos demasiado en serio ese nombre. Dispositivos como los teléfonos smartphone, televisores smart se definen como inteligentes pero la gente no cree de verdad que es de verdad inteligente o listo. Debemos tener cuidado porque se pueden convertir en algo que nos puede poner a su servicio en vez de ser al contrario y puede constituir para nosotros una servidumbre”.

Por último indica que “la idea de que va a llegar un momento en el cual seamos capaces de producir una inteligencia artificial que a su vez produzca más inteligente artificial y que nos supere es un mito.

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