Benavent, nuevo arzobispo de Valencia: "Recibir una misión al servicio de la Iglesia es un regalo del Señor"

Una abarrotada Catedral de Valencia ha recibido este sábado su nuevo pastor: "Ser obispo no es un cargo de honor, es una misión"

Santiago Tedeschi Prades

Publicado el - Actualizado

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Enrique Benavent ya es nuevo arzobispo de Valencia. "Vuelvo a casa, pero de manera muy diferente (…) vuelvo a casa con alegría, pero también con temor porque, de alguna manera, veo que la responsabilidad es más grande que mis fuerzas. Por eso pido que sigáis rezando por mí": estas fueron las palabras ayer en la iglesia de Benavite, primera parroquia del arzobispado valenciano.

La eucaristía de toma de posesión de monseñor Benavent comoarzobispo de Valencia, presidida inicialmente por el Nuncio de Su Santidad en España, ha sido concelebrada por un total de 4 cardenales: Antonio Cañizares, cardenal arzobispo emérito de Valencia; Juan José Omella, cardenal Arzobispo de Barcelona; Carlos Osoro, cardenal arzobispo de Madrid; y Antonio María Rouco, cardenal Arzobispo emérito de Madrid. Entre los Arzobispos han estado presentes, entre otros, Francisco Cerro Chaves, arzobispo de Toledo; Joan Planellas, arzobispo de Tarragona; Carlos Manuel Escribano, arzobispo de Zaragoza; José Ángel Saiz, arzobispo de Sevilla; y Joan-Enric Vives, arzobispo de la Seu d’Urgell.

Este sábado, en la toma de posesión en la Catedral de Valencia y durante la homilía, Benavent ha querido saludar, con sus primeras palabras, a todo el pueblo de esta archidiócesis tan importante. En primer lugar ha agradecido al nuncio, Bernardito Auza: “Su presencia aquí refuerza nuestra comunión con el Santo Padre. Le ruego que le transmita mis sentimientos de afecto filial y de toda la archidiócesis de Valencia”.

Tras el nuncio, Benavent ha saludado al cardenal Cañizares: “La acogida fraterna que me ha dispensado desde el momento de mi nombramiento, así como las palabras que nos ha dirigido al comienzo de la celebración. El testimonio de su dedicación durante estos últimos ocho años nos ha edificado a todos y ha hecho un gran bien a la Iglesia, porque esta crece cuando los cristianos nos entregamos en cuerpo y alma a nuestra misión”. Asimismo, saludando a todas las autoridades civiles, Benavent les ha asegurado su “colaboración sincera y leal en todo aquello que contribuya al bien común de la sociedad”.

Benavent ha subrayado que empieza para su vida “una nueva misión”: “La Iglesia de Valencia agradece al Señor en esta Eucaristía el don de un nuevo pastor, que tiene el encargo de conducirla hacia el Reino de Dios, anunciando el Evangelio, celebrando el Misterio de la Salvación y sirviendo con amor al Pueblo de Dios y a todas las personas”.

Cañizares acoge en Valencia al arzobispo Benavent: Que el Espíritu te asista para servir a esta diócesis

Foto: ALBERTO SAIZ

El nuevo arzobispo ha reconocido que para él esta celebración “es un momento de acción de gracias a Dios, porque recibir una nueva misión al servicio de la Iglesia es un nuevo regalo del Señor […] el hecho de haber sido llamado a trabajar en la Viña del Señor es un honor, y no porque pensemos que por esta llamada somos automáticamente más santos y mejores que los demás, sino porque es una Gracia”.

“No doy gracias al Señor porque me ha enviado a esta diócesis concreta, a la que nunca podré devolverle todo lo que he recibido de ella, (esto para mí es, en todo caso, una mayor responsabilidad) sino porque se ha fiado de mí y me ha confiado un nuevo encargo. Ser obispo no es un cargo de honor, es una misión”, ha afirmado Benavent durante su discurso en la Catedral de Valencia.

Durante estas últimas semanas, Benavent reconoce haber sido preguntado varias veces sobre su programa pastoral: “Aunque tenemos el deber de trabajar por una sociedad más justa y, por tanto, es legítimo que muchos se comprometan en la vida política, la Iglesia no es un partido político. No nos marcamos objetivos humanos, porque un principio fundamental para entender la vida de la Iglesia, como nos enseñó san Juan Pablo II, es reconocer en su vida la primacía de la gracia. Es escuchando la Palabra de Dios como debemos encontrar los caminos que inspiren la vida de nuestra diócesis”.

A raíz de esto, Benavent ha querido compartir algunas reflexiones: “La confianza del Señor es un gesto de amistad: Jesús no quiere que tengamos con Él una relación basada en el temor que los esclavos sienten hacia sus dueños; nos ofrece a todos el regalo de su amistad, que es el tesoro más grande que podemos encontrar en este mundo. Pero esta amistad ha de despertar en nosotros el deseo de servirle mejor”.

“El obispo está llamado a ser un siervo bueno del Señor. Lo es si apacienta el rebaño consciente de que no le pertenece y de que, por encima de él hay un Supremo Pastor a quien debe rendir cuentas de su trabajo para recibir la corona de gloria que no se marchita. La única motivación válida para asumir esta tarea es el amor a Dios”, ha dicho Benavent.

El nuevo arzobispo de Valencia ha pedido al Señor “que entre todos nos ayudemos a estar siempre alegres y que no nos dejemos vencer por el desánimos y la desilusión ante las dificultades del momento presente”: “Desearía que este fuera uno de los frutos de mi ministerio. La Iglesia diocesana no es completa sin el obispo, pero el obispo no es toda la diócesis”.

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Benavent ha recordado además que el Papa Francisco “nos invita constantemente a superar la tentación de pensar únicamente en nosotros mismos, de centrarnos exclusivamente en nuestros problemas […] en nuestro mundo hay mucho sufrimiento. A menudo estamos tan centrados en nosotros mismos que somos incapaces de verlo. La humanidad tiene derecho a esperar de la Iglesia una palabra de amor; los pecadores un gesto de misericordia; los enfermos una cercanía consoladora; los que piensan que nadie los ama, una sonrisa de afecto; los que viven sin esperanza una ayuda para recuperarla”.

Por último, el arzobispo de Valencia ha recordado la advocación de la Virgen María como Madre de los Desamparados: “Gracias a ella, como lo estamos viendo a lo largo de este año jubilar por el centenario de la coronación de la sagrada imagen, la fe se ha mantenido viva en nuestras tierras: “En terres valencianes la fe per Vos no mor”. En estos momentos me pongo en sus manos y a Ella le confío el presente y el futuro de nuestra diócesis, con la certeza de que en sus manos está mejor que en las mías y con la seguridad de que ella cuidará de mí y de todos vosotros”.

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